Sin hacer ruido, Jefferson Lerma se ha convertido en una de las revelaciones tanto del Levante en particular como de la Liga en general. El colombiano, que el pasado octubre cumplía 21 años, fue titular con Lucas Alcaraz y lo sigue siendo ahora con Rubi, en ambos casos prácticamente contra pronóstico. Y es que al proceder de una Liga menor y de un equipo como el Atlético Huila su adaptación se presumía más difícil, en parte también por su edad.

La realidad, sin embargo, es que Lerma está destapándose como la revelación granota. Pese a que en los primeros partidos le costó cogerle el aire al ritmo de la Liga BBVA y a sus obligaciones tácticas, lo cierto es que con el paso de las jornadas ha ido creciendo. Los técnicos destacan de él su despliegue físico, los pocos balones que pierde y el fútbol sencillo que practica. Junto a su potente disparo de media distancia, son las mejores virtudes de un centrocampista fijo en las categorías inferiores de su selección y candidato a llegar a la absoluta.

Su rendimiento y los informes a nivel personal que en el club tienen de él prácticamente han precipitado la decisión definitiva de ejecutar su opción de compra. Y es que excepto giro radical, y aunque también a falta de concretar el futuro en lo que respecta a la dirección deportiva, Lerma encaja a la perfección en el proyecto de futuro. No en vano, ésa fue ya una de las consignas el día de su presentación oficial, en la que se le tildó como un jugador «de mucha proyección». Y es que tanto a nivel deportivo como también en clave económica puede ser un filón. Un «chollo», según definía recientemente Manolo Salvador a un jugador al que a nivel interno se llegó a comparar, salvando las distancias, con su paisano Bacca.

El Levante pagará por Lerma alrededor de 900.000 euros por la totalidad de su pase, una cifra que en vistas de su proyección se presume como mínimo razonable para los granotas, que desde el pasado verano han invertido 1,8 kilos en Deyverson, 1 en Trujillo y 3,2 en Cuero; en junio se deberán desembolsar 600.000, ya que los 300.000 restantes abonados por el préstamo se descontarían del coste total. Apretar la cláusula de compra por ese precio fue precisamente el punto que más retrasó las negociaciones para su cesión. Su técnico llegó a tenerlo al margen para evitar riesgos en forma de lesión que frustraran una operación que también llegó a estar en marcha con la MLS meses atrás pero por la que la pelea granota fue sobre todo con el Getafe.

«Me impresiona su madurez, no pierde balones y juega fácil. Irá creciendo y va a hacer más cosas porque lo he visto jugar. Siguiendo esta línea, el Levante ejecutará la opción de compra porque es un chollo», explicaba hace unas semanas Manolo Salvador, su principal valedor.

Una vez se ejecute la compra, automáticamente Lerma pasará a tener contrato hasta 2020 y a ser uno de los nuevos baluartes del Levante, que desde el primer momento ha hecho fuerza para que su adaptación fuese lo más rápida posible. Por este motivo se consiguió desconvocarlo para varias concentraciones de su selección que habrían cortado su aclimatación. Eso sí, por dos veces ha tenido problemas con su visado para volver de su país, motivo por el que primero aterrizó en València más tarde de lo previsto y después llegó justo a tiempo para estar disponible en el Bernabéu.