València, tierra de Euroliga

El basket ‘taronja’ estará doblemente representado en la Euroliga. El femenino sigue creciendo y está entre las mejores

Una imagen de archivo del equipo femenino de Valencia Basket

Una imagen de archivo del equipo femenino de Valencia Basket / JM López

Juanma Romero

Juanma Romero

Ha sido la gran noticia de la semana sin ninguna dudas. El Valencia Basket estará doblemente representado en la Euroliga para el curso 2022-23. Era cuestión de tiempo y de que poco a poco se deshojará la margarita como así ha sido. El equipo femenino competirá con las mejores, donde merece.

La evolución del proyecto es más que una evidencia. El éxito internacional de la Eurocup de hace dos campañas ha tenido continuidad con un asentamiento más grande en la competición doméstica donde solo falta por salvar el eslabón del Salamanca para ser el auténtico dominador del campeonato. 

Aunque las circunstancias con los equipos rusos han ayudado, es evidente que tanto la FIBA como la Euroliga han tenido que contar con el Valencia Basket como uno de sus actores. La solvencia y seriedad económica, los ambiciosos planes de futuro con la construcción del Arena y una masa social en auge son una mezcla difícilmente igualable en Europa. No se podía mirar hacia otro lado.

No hay que obviar que el Valencia Basket ha sido además uno de los clubes más activos en los proyectos solidarios organizados por la Euroliga como el ‘One Team’, además de estar siempre en boca por las muchas visitas realizadas por personas de prestigio en el deporte de la canasta a l´Alqueria, o el haber sido sede del prestigioso Next Generation Tournament. Guiños constantes de una confianza que no tenía esa correspondencia plena. Las buenas intenciones no se plasmaban en hechos. Ha costado pero finalmente se ha conseguido.

Con todo esto, los aficionados del baloncesto en la ciudad deben estar de enhorabuena. Salvo el Barcelona, ningún club español ha podido gozar de tener en un mismo año a sus dos equipos entre la élite continental con la salvedad de que además será La Fonteta la sede única. Un mínimo de 24 partidos de órdago, con la flor y nata del panorama europeo, un lujazo de cinco estrellas.

Competir con los grandes será complicado pero por complejo que sea el reto estoy seguro de que tanto ellas como ellos van a dar el máximo y los resultados premiarán ese esfuerzo. Es una gran oportunidad para consolidar los lazos entre club y afición. Esa desafección que tuvo su punto de origen con la pandemia se ha ido restableciendo pero hay que remacharla. Con una temporada por delante histórica, se presenta como el mejor momento posible. 

Con la plantilla femenina cerrada, el conjunto masculino anda a la espera de refuerzos en un mercado áspero. Con situaciones abiertas como las de Kalinic o Will Thomas, la inversión en jugadores debe ser lo más certera posible sabiendo que el presupuesto no es ni mucho menos infinito. No hay que obviar que los caudales de gasto no solo pasan por los primeros equipos, sino también por una Alqueria que ya ha comenzado a dar resultados y a proporcionar jugadoras y jugadores en un crecimiento imparable. Es una apuesta mucho más difícil porque es un camino largo y poco vistoso. Lo más sencillo sería traer `estrellas mediáticas´ que podrían ofrecer un rendimiento inmediato pero no dejarían ningún legado o apego con nadie. La filosofía está grabada a fuego pese a que haya quien no crea en ella porque al final, ese aspecto diferente es el que entre otras cosas ha llevado, como a los grandes, a estar en la Euroliga.

Disfrutar del momento y aprovechar la oportunidad convergen en la cuenta atrás del año más importante en la historia del club. 

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