Opinión

Pasieguito

Casi medio siglo después, hemos aprendido poco, e incluso hemos ido a peor como club

Pasieguito, Cerveró y Carrete

Pasieguito, Cerveró y Carrete / Pasieguito. Carveró. Carrete

Hace unos días se cumplieron 46 años del fichaje de Kempes. Como se sabe llegó avalado por Bernardino Pérez Elizarán, Pasieguito, el mejor secretario técnico que ha tenido el Valencia. Pasiego se fue hasta Rosario para atar la incorporación del ‘Matador’ por 40 millones de pesetas (unos 240.000 euros), tras el intento fallido de incorporar al alemán Bonhof, que era la pretensión del presidente Ramos Costa.

Don Bernardino viajó a Argentina para traerse al goleador, que la biblia balompédica argentina ‘El Gráfico’ había llegado a titular en portada: «No diga gol, diga Kempes». Gracias a sus buenos contactos americanos, Pasieguito convenció a Kempes para venir. Ante la amenaza que el ágil atacante melenudo terminará en el fútbol belga, el club de Mestalla se movió rápido y el 12 de agosto de 1976, Mario Alberto Kempes firmaba su incorporación bajo la atenta mirada del propio Ramos Costa y un feliz Pasieguito

Kempes debutó cuatro días después en el Trofeo Naranja ante el CSKA de Moscú, en un partido desastroso, donde el Valencia empató a dos goles y donde el ‘Matador’ falló uno de los penaltis de la tanda que eliminó al equipo en semifinales. Entonces el Naranja era uno de los mejores torneos estivales que disputaban cuatro equipos. 

El recordado Manuel Miralles escribió en la crónica en Levante: «Kempes falló balones fáciles, casi a portero batido, y para colmo lanzó a las Sillas Gol su penalty crucial. Kempes es un jugador de una sola pierna». Y entre otras perlas, dejó esta para la posteridad: «Kempes, último fichaje millonario de los blancos y que, una vez más, y casi con alevosía, ha venido a defraudar a todos, negando en todo momento ese olfato de gol que, por lo visto, le caracterizaba».

Había un motivo oculto en la inquina del cronista, uno de los mejores periodistas deportivo del momento, pues se había comido el fichaje de Kempes. Así, que como ahora, algunos que se equivocan en los fichajes, la emprenden contra los futbolistas y no contra sus filtradores. Miralles ocultó que el ‘Matador’ jugó aquel partido aún bajo los efectos del jet-lag y fuera de forma tras dos meses sin entrenarse, porque se declaró en rebeldía en Rosario Central para forzar su traspaso al Valencia.

Ni que decir tiene que el bueno de Miralles se tuvo que tragar aquellas palabras enseguida, porque Kempes consiguió en esa temporada su primer trofeo Pichichi tras conseguir 24 goles en la Liga. Aquella crónica siempre persiguió a Miralles, y en cada gol en Mestalla la cátedra de tribuna buscaba con la vista al periodista con esa sonrisa picarona que no necesita de palabras. Años después, el propio Miralles contaba lo arrepentido que estuvo por aquella crónica vengativa. 

Casi medio siglo después, hemos aprendido poco, e incluso hemos ido a peor como club. Primero porque no hay un secretario técnico de la altura de Pasieguito, y ni la presidenta, ni nadie de la directiva, vive o trabaja aquí. Y sobre el equipo, solo apuntar que, en aquel partido del Naranja, a Kempes le acompañaba en el ataque el ‘Lobo’ Diarte, que llegó del Zaragoza y Rep. Bajo los palos estaba Pep Balaguer; Domingo, Jesús Martínez y Carrete en la zaga; Castellano de líbero, Álvarez y Saura y Tirapu en el centro.

Además, ya no ficha Pasieguito, todo lo hace Mendes.

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