Una Copa que llenar

El momento para que la armonía pase de la teoría a la práctica es el mercado de fichajes

Gattuso hace el habitual brindis navideño Navidad

Gattuso hace el habitual brindis navideño Navidad / JM Lopez

Rafa Marín

Rafa Marín

Ha pasado un año desde que la relación entre Bordalás y Meriton se rompió para siempre. El extécnico del Valencia acaba de reconocer ahora la evidencia de que aquel plantón de Lim marcó un antes y un después. También apunta a Anil como culpable, nada que pille por sorpresa. Entre unas cosas y otras la segunda vuelta no tuvo nada que ver con la primera, a cuya última jornada en Nochevieja se llegó con opciones de dormir en Champions.

Solo la Copa alargó una agonía posiblemente escrita aún en el caso de que la inexperiencia no hubiese sido letal en la tanda de penaltis de La Cartuja. Imposible del todo olvidarse de esa espina clavada o de la imagen de Gayà lamentándose por lo ocurrido ante miles de valencianistas. Mucho menos con el resultado del primer sorteo servido. Un choque ante La Nucía de un viejo conocido como Ferrando.

El torneo del KO, en el que se rozó el bingo, tiene que ser un acicate para el conjunto de Gattuso. Un entrenador que tiene que estabilizar todavía bastantes cosas pero que en este momento sí es cierto que disfruta de un contexto y una armonía positiva con el club. Algo que envidia su antecesor y que realmente no ha tenido ningún otro desde la ruptura del dúo Marcelino-Alemany. 

El mercado

El momento para que esa armonía en la teoría se vuelva a traducir en la práctica es el plazo de fichajes. Una vez que ya ha quedado claro que el objetivo pasa por dos fichajes que mejoren realmente la plantilla, del mes de enero no se puede esperar otra cosa que el aterrizaje del banda y un centrocampista. Y que no sean jugadores de relleno, sino que realmente aporten. Aunque la preocupación de la pretemporada invernal esté puesta más en la parcela defensiva que en la de vanguardia, Rino siempre ha insistido en lo mismo.

Y tal y como está montado el proyecto no se puede mirar a otro lado. Para que el cambio de talante sea realmente creíble hay que predicar con el ejemplo. Y todo irá mejor, desde luego, si los resultados acompañan. Porque en este momento, después de tantas semanas sin Liga, el margen en la clasificación es mucho más escaso del que flota en el ambiente.

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