A por ellos

Eso propongo: que, contra el Madrid, regrese alguna tarde mágica de esas en las que Mestalla se encendía y rugía y tumbaba al más pintado

Lato celebrando un gol

Lato celebrando un gol / JM Lopez

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

Propongo que, esta jornada próxima, nos saltemos la lógica y la cordura de los presupuestos o que nos olvidemos, medio minuto, de los incompetentes que están gestionando el club, si nos fijamos en sus resultados al respecto. Propongo que, además, desafiemos la estrategia de Tebas y nos sobrepongamos a las inclemencias de un calendario y unos horarios lamentables y que el cansancio lo transformemos en voluntad. Propongo que nos libremos del mísero estado de forma del arbitraje español y su extraña manera de entender hoy en día su intervención en los partidos. Y que, con todo ello, también, propongo que los violentos desaparezcan, de una vez por todas, no solo del fútbol, sino de la vida cotidiana (el marco doméstico, el escolar, el urbano, etc.). Propongo que, más allá de todas las desavenencias y de todas las tiranteces que hay entre medios valencianos, aficionados de toda índole y tóxicos cibernautas, este fin de semana nos unamos, «tots a una veu», y seamos, aunque sea fugazmente (casi una ilusión óptica) uña y carne con el equipo, con sus técnicos y con la historia de este escudo y llenemos Mestalla, reventemos sus cimientos (no mucho que, como ya sabemos, está que da asco por inacción de los dueños), llenemos el ambiente de gritos de ánimo para los nuestros y de pitidos cada vez que algún jugador madridista la toque: con respeto, por supuesto y sin faltar, pero que sientan la presión de nuestra afición en la nuca.

Yo lo propongo, y luego quedará por ver qué se dispone y quién, porque ganarle al Madrid no es un gesto de efímera grandeza de un equipo pequeño, que colma sus aspiraciones con salvarse y ganar un partidito de estos. Esta transición hacia la devaluación del club ya la hemos cumplido…ahora se trata de asegurar la permanencia y no es el mejor de los rivales, pero cómo me gustaría que certificásemos, de algún modo, que la pesadilla de este año va tocando a su fin, ganando al Madrid en tu casa: sí, el Madrid del maleducado (y excelente futbolista) Vinicius, a quien sí he visto en todos los partidos lanzar improperios y burlas a los rivales o aplaudir al árbitro en su cara (Canales debe estar encantado), y no he visto tanto insulto de los defensores. Por desgracia no estará Paulista, quien hizo la acción desagradable de la temporada, pero, seamos sinceros, más de uno hizo esa entrada en su casa una y otra vez.

La cuestión es que viene el equipo merengue, no sé si con la mente puesta en otra cosa, pero con su vitola de señorío rechulesco, que, aunque me fastidie, le da un punto más que a sus rivales y un gol salvador siempre que está en apuros. La idea no es competir contra ellos a medio plazo, porque están en otra liga (la que les hizo a medida el Sr. Tebas, del que hablaré otro día), que es súper…pero súper-financiada. Tú ya estás lejos de los puestos en los que se compite por algo digno y distinguido: formas parte de la plebe que sufre bajo la mesa, recogiendo migajas, aunque en verdad fueras rico. Parece como esos casos de éxitos echados a perder por adicciones como el alcohol, malversación, negocios muy mal orientados o el juego…y fíjate algo de esto casa con estos que llevan (o han llevado) el Valencia CF

Y sí, decía que proponía ir contra toda lógica porque lo normal es que el Madrid te moje la oreja y te haga besar el suelo pero ¿y si no? Creo que Mestalla podría olvidarse un poco de todo (sé que hay protestas montadas) y enfocarse en el partido y luego ya veremos cómo va, pues siempre tenemos tiempo de gritar contra Lim, Corona, Layhoon, los Cartoons que les rodean, los Pokemon, etc. Lo que sea, porque esto no debe pararse, lo sé, pero ¿y si este fin de semana que viene vamos primero a ver si le clavamos los dos colmillos al Madrid y nos damos ese gustazo de dar casi un portazo definitivo a la angustia del descenso?

Propongo que animemos con todo y que nuestro equipo, espoleado por chavales que están ridiculizando a tres o cuatro que tienen que salir sí o sí del Valencia en junio, sienta cómo les arropamos, tal y como se lleva haciendo todo el año, porque la imagen de Vigo fue preciosa, con esa afición latente, fuerte, que llenó el estadio de Balaídos con su color y sus cánticos. Eso propongo: que, contra el Madrid, regrese alguna tarde mágica de esas en las que Mestalla se encendía y rugía y tumbaba al más pintado. Quizá es que lo necesito, no sé, pero me imagino el estadio, con sus focos imponentes y su verde brillante, reventando la chulería (justificada, porque ganan) madridista y aunque esa alegría sea la constatación de que ya sí somos, definitivamente, muy pequeños y todo gracias al investigado Lim (ojalá te caiga toda la ley encima y te aplaste la justicia si has hecho, además de hundirnos, algo ilegal). 

Propongo que, de una vez, exista esa famosa ley de compensación del destino y se nos devuelva algo de todo lo que este año se nos ha quitado, abruptamente. Y que arda Mestalla, sobre todo, eso; y luego a por ellos, que son pocos y cobardes.

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