Agonía y rabia

Es una pesadilla, un mal sueño y un horror a pesar del gol de Samuel Lino ante el Espanyol

Toni Lato, lesionado en el Valencia-Espanyol

Toni Lato, lesionado en el Valencia-Espanyol / Europa Press

Dani Meroño

Dani Meroño

Es una pesadilla, un mal sueño, un horror. A pesar del gol agónico de Samu Lino para el empate, el Valencia CF aún no está salvado. Siento ser aguafiestas y tan agorero, pero es que no me nace otra cosa ahora. El equipo tendrá que esperar a la última jornada para ver qué pasa. El conjunto valencianista ha perdido dos oportunidades para salvar la categoría y se lo va a jugar todo a una carta el próximo fin de semana ante un Betis que ya no se jugará nada más que una demostración de poder. Y es que todos hicieron los deberes menos el Valencia CF, que los hizo a medias.

Me da rabia el empate, no puedo evitarlo. El conjunto de Mestalla no encaró mal el partido, siendo merecedor en la primera mitad de mucho más premio que un empate. Pero Gil Manzano omitiendo un empujón a Diego López y después otra falta sobre Diakhaby, acabó validando el gol que metió al Espanyol en el partido. Un encuentro que acabó por romperse con el tanto de Braithwaite tras el error de Mamardashvili.

A partir de ahí, el conjunto de Mestalla lo intentó de manera estéril en un duelo que pudo acabar antes si no hubiera sido por Gil Manzano, que anuló el tercer gol del Espanyol. Todo parecía decidido cuando apareció de la nada Samu Lino marcando un gol que no vale una salvación, pero casi. Un tanto que da algo de optimismo y luz a una tarde que comenzaba a oscurecerse según iba pasando el cronómetro. Porque el Valencia CF lo ha tenido todo para poder sellar ya su permanencia y olvidar esta lamentable temporada, pero ha echado por la borda una ventaja lo suficientemente amplia como para afrontar la última cita con algo más de calma. No va a ser así. 

El Valencia CF tiene que ganar o empatar. Si no lo hace, deberá esperar a ver qué ocurre con el resto de equipos que hay metidos en el barro pues hay alguna combinación que podría dejarle jugando la temporada que viene en Segunda División

Pero es que tanta agonía da paso a la rabia. Porque me da rabia tener que estar mirando lo que hacen el resto de equipos. Me da rabia que no seas capaz de ganarle al RCD Mallorca o al Espanyol -ánimo a sus aficionados-. Me da rabia que no puedas estar una jornada tranquilo. Y me da rabia que el Valencia CF se haya metido en este fango por una gestión tan lamentable como esperpéntica -sobre todo deportivamente hablando-. 

Solo los nanos están sacando del pozo a un equipo que cojeaba -y sigue cojeando- por todas partes. A un vestuario que necesitaba refuerzos de manera urgente. A una plantilla que estaba muy descompensada a todos los niveles y desde la dirección deportiva se miró para otro lado. Desde el mercado invernal, la espantada de Gattuso o la «genial» idea de poner a Voro con tantas jornadas por delante se han ido sucediendo una cagada tras otra.

Sea como fuere, ya habrá momento para rendir cuentas y exigir cambios. Hay que ganar en el Benito Villamarín -qué fácil eh- y ahuyentar cualquier cábala. Solo espero que la próxima columna que escriba sea contando que el equipo está salvado, siendo de Primera División y con la calma de poder pasar un verano algo más tranquilo de lo que hemos pasado esta segunda parte de la temporada. Porque si no ya no será agonía ni rabia, será dolor y sufrimiento.

Suscríbete para seguir leyendo