A muerte con las decisiones de Rubén Baraja

Baraja dirige una sesión de entrenamiento

Baraja dirige una sesión de entrenamiento / JM LOPEZ

Pau Pardo

Pau Pardo

En la vida es mejor ir de cara y Rubén Baraja representa al cien por cien esa filosofía. Si no cuenta con un futbolista, darle minutos en pretemporada es perder el tiempo para todos. Para el jugador, que está trabajando bajo los automatismos y las ideas de un equipo en el que no va a jugar en cosa de un mes y para el propio conjunto, que está poniendo en práctica esa idea de juego con piezas que no van a formar parte del engranaje cuando llegue la competición. Esto es fútbol profesional y las decisiones cosméticas están de más. Samu Castillejo o Marcos André no pueden quitarle ni un solo minuto a Pablo Gozálbez, Martín Tejón o Alberto Marí, básicamente porque los canteranos pueden llegar a ser importantes esta temporada y los descartes ya están ‘sentenciados’. A partir de ahí, le toca al club seguir la senda marcada por el míster, ‘sacar’ del equipo cuanto antes a estos futbolistas y traerle fichajes con los que pueda trabajar antes de que llegue la primera jornada, porque más allá de que nos guste mucho (que nos gusta) ver a los chavales, la convocatoria parece del Mestalla.  

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