Rafa Benítez nos enseñó de lo que el Valencia es capaz

El trabajo, la disciplina y la humildad fueron la base para plantearse conseguir éxitos

Celebraciones de la Copa de UEFA de 2004

Celebraciones de la Copa de UEFA de 2004 / Archivo SD

Pau Pardo

Pau Pardo

A pesar de que Meriton ha asestado un golpe muy duro a la autoestima del valencianismo, obligándole a vivir una situación muy alejada de la que le corresponde e instaurando el famoso «punto de equilibrio» en la más absoluta mediocridad, es decir, teniendo un coste de plantilla muy reducido porque no es capaz de generar ingresos por éxitos deportivos, la realidad es que el Valencia CF es y debe ser mucho más.

Y Rafa Benítez, que lo tenía claro, nos demostró de lo que es capaz el conjunto de Mestalla si se aleja del conformismo y la autocomplacencia de escudarse en el famoso «realismo» del que ahora se viste la falta de proyecto y de ambición. Su equipo sabía que para triunfar tenía que trabajar el doble que el resto, pero el hecho de tener menos talento que los grandes transatlánticos no se empleó nunca como excusa. Enarbolar las banderas del trabajo, la disciplina o la humildad no fue nunca un ejercicio limitante, más bien fue la base para plantearse conseguir grandes logros, porque el Valencia tiene detrás de todo ello una masa social enorme en número y fidelidad, además de ser la primera entidad deportiva de la tercera capital de este país, un potencial innato que impulsado por el amor propio de club, equipo y afición es capaz de romper barreras. Baraja aprendió de él y creo que comparte estos valores a pesar de contar con la dificultad de partir desde más abajo, pero ojalá Lim desaparezca de nuestras vidas y le dejen al Pipo orquestar la remontada.

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