Lo mejor que queda de esta temporada

El Valencia de Baraja se ha ganado el derecho a disfrutar de la Copa. Y aunque parezca poco, estando Lim eso es mucho

Imagen de aficionados del Valencia en Mestalla

Imagen de aficionados del Valencia en Mestalla / JM López

Rafa Marín

Rafa Marín

El Valencia de Baraja se ha ganado el derecho a disfrutar de la Copa. Algo que parece poco pero que es mucho. Condenado por Lim a salvarse como pueda, las dos primeras eliminatorias fueron un suplicio para el técnico. Sin más cera de la que ardía, no le quedó más remedio que cerrar los ojos y apretar los dientes a la hora de hacer las alineaciones. Pero este domingo, en la tercera, es distinto. Con menos apreturas en LaLiga, la mochila de las ausencias por la Copa de África y las demás limitaciones pesan menos. «No priorizo ni LaLiga ni la Copa, pondremos un equipo competitivo para buscar el mejor resultado», dijo el Pipo en la víspera de Reyes. Pero al mismo tiempo reconoció que el del torneo del KO «es el camino más rápido para conseguir un título».

Ambición que no falte, una virtud en la que el míster se mueve como pez en el agua. Y es que el discurso que ha tejido cualquier otro sería incapaz de defenderlo. Si bien un título son palabras mayores, he ahí la solución a una temporada en la que lo mejor que va a pasarle al Valencia es vivir en una zona tranquila viendo pasar las jornadas. Podría aspirar a más, por supuesto, pero le falta un empujón y Lim no quiere ni va a dárselo. Así que todo apunta a que las mejores noches que quedan serán en Copa. Alegrías para Mestalla en eliminatorias a doble partido para las que antes será necesario que trámites como el de esta tarde en Cartagena no se envenenen ni que Jaume tenga que ser de nuevo el héroe. Eso y que el resto de fines de semana sean lo más plácidos posible. Es tiempo para disfrutrar con lo poco que Lim deja, para seguir viendo a los chavales crecer, para que Baraja siga haciéndose más y más grande y para que la afición continúe sintiéndose orgullosa de un equipo que es la mejor oposición a un máximo accionista que, como siempre, es de suponer que estará a lo suyo. Que así sea, pero aquí a lo nuestro, sin dejarnos arrebatar lo poco que nos queda.

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