Llevar 35 puntos es un auténtico milagro

Una pena. Primero porque era un partido de empate a cero. Y sobre todo porque, gracias a Lim, se hace imposible aspirar a algo más

Una imagen de la UD Las Palmas - Valencia CF

Una imagen de la UD Las Palmas - Valencia CF / EFE

Rafa Marín

Rafa Marín

El capitán Gayà resumió a la perfección el sentir general después de la derrota en Las Palmas. Una pena en el sentido estricto de la palabra. Pena porque el Valencia, a pesar de que el partido era un 0-0 de manual, estuvo a punto de como mínimo llevarse un punto. Y pena porque el objetivo de Europa, que por puntos sigue en la yema de los dedos, se hace así absolutamente imposible. En la semana de su primer aniversario en el banquillo, Baraja volvió a sacar petróleo de un equipo al que no se le puede pedir más. Un equipo joven pero con las ideas claras que es capaz de lo mejor y lo peor, que tiene tanto grandes virtudes como feos defectos y sobre todo grandes altibajos de rendimiento. Por eso tiene todavía más valor que el técnico decidiera arriesgar y que rozara la victoria con los cambios justos. Pero como contrapartida, y es a lo que se exponía, dos desajustes defensivos le costaron dos goles. Un desenlace inmerecido pero no injusto con el que las expectativas vuelven a desinflarse. Diga lo que diga la clasificación, en la que hay que tener muy presente que los 35 puntos son un milagro, la distancia con objetivos más ambiciosos es abismal. Así que no queda otra que apretar los dientes y seguir. Esperar que los jugadores que acaban de volver de la Copa África dejen de tener la cabeza allí. Que Mosquera siga tan inconmensurable. Que a Mamardashvili no le pasen factura los errores. Que Sergi Canós se coja sin lesionarse. Que a Peter Federico no se le haga bola la Primera División. Y que los demás chavales jueguen sin piedras en la mochila. Es, a fin de cuentas, la consecuencia de que Lim haya mirado para otro lado, preocupado como está única y exclusivamente en que todo le salga más barato. El máximo accionista le ha negado ayuda a un entrenador que se ha sacado a una generación de excelentes futbolistas de la manga y que se conformaba con que no le quitasen a nadie para ser ambiciosos. Poco más puede hacerse.

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