El interés en confundir a Peter Lim con el Valencia

El Valencia no es Peter Lim. Ni Meriton. Y quien mezcla dichos conceptos, con todo el respeto del mundo lo digo, no sólo está equivocado sino que, me atrevo a afirmar, lo hace con algún interés

Panorámica del estado actual del estadio Nou Mestalla

Panorámica del estado actual del estadio Nou Mestalla / SD

Toni Hernández

Toni Hernández

El Valencia no es Peter Lim. Ni Meriton. Y quien mezcla dichos conceptos, con todo el respeto del mundo lo digo, no sólo está equivocado sino que, me atrevo a afirmar, lo hace con algún interés. Con un interés que, si hablamos de la cosa oficial, no consigo identificar ni atisbar. Voy a reiterar algo de nuevo, algo que ya es como un mantra pero que parece que no cala demasiado, porque entiendo que hay otros discursos que son mucho más populares… y populistas. A Lim no se le firma ningún convenio, es al Valencia. A Lim no se le da ninguna licencia, es al Valencia. A Lim no se le otorga ningún privilegio urbanístico, es al Valencia. Lim no debe pagar el Nuevo Mestalla, sino el Valencia. Lim no va a jugar en el Nuevo Mestalla, sino que lo hará el Valencia. El día que se vaya a Lim (espero que más pronto que tarde) el escudo y el campo se quedarán donde están, que nadie lo dude. Que haya que insistir en esto me causa fatiga y curiosidad a la par; porque no puedo dejar de preguntarme por qué hay quien ha decidido permanecer y permanecer en la misma linde.

La guerra contra Meriton es una cosa, pero la realidad, lo que tenemos delante cual muro intraspasable, es otra muy distinta. Cuando se dice (de forma demasiado alegre para mi gusto) que hay que «acorralar» al máximo accionista, se olvida que eso significa hacérselo al Valencia, no a Lim, quien sigue muy tranquilo en su querido Singapur, de donde dudo que vuelva a regresar a Valencia en alguna ocasión. De verdad que todo esto me supera. Y si lo verbalizas resulta que estás defendiendo a Meriton, como si esa compañía tuviera todo que ver con lo que estamos hablando, como si estuviera irremediablemente adjunta al futuro a largo plazo del Valencia. Que no, que las cosas no son como se pretende que sean. Que las cosas son como son. La ola popular de ir contra Lim, la cual está muy bien y a pulso se la ha ganado este tipo, nada tiene que ver con los proyectos estructurales del club, y menos con los que arrancaron tiempo antes de que este hombre siquiera supiera dónde estaba la ciudad de Valencia en el mapa.

Se estiran algunos chicles de manera que no comprendo, que no comparto, y sigo sin ver una defensa a ultranza de lo realmente importante, el Valencia. Defender al club es defender que se pueda acabar el estadio y conseguir el convenio que permita la adquisición de un valor societario, de un atractivo que propicie que alguien venga aquí y compre. Esto no se va a solucionar de otra forma. De absolutamente ninguna otra. Y tampoco comulgo con esa transformación en BIC, que, personalmente y más allá de otro tipo de consideraciones, ni entiendo ni comparto.

Una cosa más antes de terminar. No podemos olvidar qué equipo tenemos, a qué aspirábamos en agosto y dónde estamos en febrero. Lo digo porque se está exagerando cada derrota de una manera, como mínimo, ilógica. Y porque exigimos como obligación cosas que son poco menos que imposibles, aunque este equipo y este entrenador nos hagan ver muchas veces que esa palabra no existe en su vocabulario. Como dice Baraja, no perdamos la perspectiva de las cosas, porque eso nos puede llevar a cometer errores y a llevarnos disgustos innecesarios.

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