¡Empiecen ya!

Se debe dejar de tener ya una Gestora y que la presidencia de la RFEF sea fetén

Junta Gestora de la RFEF

Junta Gestora de la RFEF

Juan de Dios Crespo

Juan de Dios Crespo

Los que amamos el fútbol y, en muchos casos, es nuestra área de trabajo, estábamos expectantes con las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol, que no solo son necesarias reglamentaria y legalmente, sino que, además, es una demanda social, tras los acontecimientos del Mundial de Nueva Zelanda y la retirada, siquiera por unos años, del expresidente Rubiales, de la esfera deportiva.

Así, el propio presidente de la Comisión Gestora, el extremeño Pedro Rocha, que ya estuvo en la directiva anterior, anunció que se presentaba. De igual forma, el periodista andaluz Carlos Herrera, del que se sabe que es forofo del Betis y seguidor del Barça, se ha postulado de forma pública para lograr el puesto. Y, hace unos pocos días, la abogada y política catalana Eva Parera ha llenado páginas con su mensaje y su propuesta.

Falta que se decida nuestro presidente territorial, Salvador Gomar, para hacer el cuarteto de elegibles. Veremos si lo hace en breve, porque el tiempo parece apremiar. Digo parece porque el comienzo del proceso electoral se ha atrasado una semana, por motivos de agenda de quienes debían dar el pistoletazo de salida.

Esperemos que no haya más y que el día 24 de mayo, en la Asamblea que deberá elegir el presidente de la RFEF, se lleve a cabo la misma sin dilación, ya que de lo contrario habría que esperar a después del verano. No sería adecuado, con una Eurocopa en junio y unos Juegos Olímpicos en agosto. Pero tampoco estamos seguros, ya que se ha sabido que la Comisión Gestora solicitó recientemente al Consejo Superior de Deportes su opinión sobre un asunto de relieve.

Y este no es otro que el saber si esa Comisión tiene o no la potestad de convocar la Asamblea que conllevaría la elección subsiguiente. Si aún estamos así, se preguntarán, qué nos puede esperar en los próximos meses. Da la impresión de cierto amateurismo y la respuesta del CSD no ha llegado, al tiempo de escribir este artículo, a la RFEF.

La pregunta de la Gestora parece que era casi retórica, porque dentro de la misma el criterio era y es el que sí tiene ese derecho, pero por cautela se remita la demanda al gran hermano, el CSD. Deseamos todos que no tarde la respuesta. Parece la escena famosa del western «El guapo, el feo y el malo», del gran Sergio Leone, donde, en el cementerio en el que debía hallarse el oro más que buscado, los tres nombrados (Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef en ese orden de denominación peliculera).

Se están mirando todos, Gestora, CSD, candidatos (aquí sin relación con los nombres del film) a la espera de quien hará el primer movimiento, pero una vez hecho, los tiros saldrán y solo habrá un vencedor (o vencedora). Pero, una vez aclarado el panorama por el CSD, habrá que obtener los avales necesarios para que la candidatura sea considera válida.

Lo interesante, o raro, si se me permite, es que se puede avalar a más de un candidato…, con lo que no sabremos con cuantos «verdaderos» avales se puede contar. Mis fuentes me dicen que si uno se hace, de forma real, con los avales de las cinco regionales más importantes, se llevará el gato, y el puesto, al agua. Pero esto solo se sabrá a la hora de votar, por esa posible reiteración avaladora.

Lo que sí se antoja especial son las candidaturas, con un seguidor del anterior presidente, llamémosle oficialista, con un periodista amante del fútbol, pero sin pasado gestor en el deporte y una abogada-política que tiene un padre que fue gerente del FC Barcelona. Curiosamente, a Salvador Gomar también le ata ese pasado con su padre que fue gerente del Valencia CF. 

Un puzzle que no va a ser fácil de recrear, a falta de que nos salga algún otro amante del deporte-rey que quiera presentarse también y que complique aún más las cosas. Pero, lo evidente es que se debe ya dejar de tener una Gestora y que la presidencia sea fetén, para que nuestra representatividad en la Eurocopa y los Juegos sea de verdad y no provisional.

Además, y es obvio decirlo, las secuelas del caso Rubiales (y de quienes tuvieron que irse con él) han de ser sanadas y se debemos partir de nuevo, si bien si desechar todo lo bueno que se hizo y no buscar realizar una tabula rasa que se puede llevar los logros obtenidos. Mientras esperamos atentos al proceso, recomiendo el gran clásico de Joseph Heller, «Trampa-22», donde la burocracia hace de las suyas, y el sarcasmo está de gala. Disfrútenla y cuídense.

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