Cinco años y un mes después de su debut con el Valencia CF, Éver Banega juró la Constitución y tiene ya la doble nacionalidad argentina y española, lo que le permite ser a todos los efectos un ciudadano de la Comunidad Europea y dejará de ocupar plaza de futbolista extracomunitario. Acaba así un culebrón que se ha dilatado en el tiempo mucho más de lo que debía y de lo que esperaba el Valencia cuando lo fichó a finales del mes de diciembre de 2007, porque el jugador lleva más de cinco años residiendo de manera contínua „Valencia y Madrid„ y la legislación permite a un trabajador extranjero pedir la nacionalidad a partir de los dos años.

El caso Banega, como casi todo lo que rodea al argentino, ha tenido sus puntos oscuros. Tanto el Valencia como la agencia que lleva sus asuntos personales manifestaron en diferentes ocasiones que esperaban que dejase de ocupar plaza de extranjero ya en enero de 2011, hace más de dos años, pero su pasaporte se ha retrasado porque tardó más de la cuenta en solicitarlo, un hecho que ha ido en perjuicio del club.

Banega acudió a primera hora de la mañana a los juzgados de Moncada, donde se celebró el acto protocolario de la juga de fidelidad al rey y obediencia a la Constitución. Lo llevó un empleado del club, que alrededor de las 10:45 lo dejó en la Ciudad Deportiva para tratarse durante cerca de una hora de la tendinitis rotuliana. En unos días tendrá su propio DNI como cualquier ciudadano español.

Aunque tarde, es una buena noticia para el Valencia CF, que libera una ficha de extracomunitario en caso de que se quede en la plantilla y además gana mercado y cotización para un posible traspaso a partir del próximo verano.

Hoy, Valverde

El entrenador del Valencia ha cambiado la dinámica actual y ofrecerá hoy viernes la rueda de prensa previa al partido ante el Mallorca, en lugar del sábado. Se le preguntará por Éver y la falta de actitud táctica que le llevó a cambiarlo en el descanso del partido ante los franceses, aunque Ernesto Valverde seguramente quitará hierro a la situación, como ya hizo el día en que el jugador se presentó en ´malas condiciones´ a un entrenamiento y en muchas otras situaciones que pueden perturbar la armonía del vestuario.