Valverde espera más de Éver Banega. No va a permitir ni una más. Sabe que puede rendir a un gran nivel y en la elaboración del juego es básico, pero ante el PSG hizo todo lo contrario de lo que se le pedía. Al margen de perder muchísimos balones, en la charla táctica se insistió muchísimo en aprovechar las bandas considerando que ese era uno de los puntos débiles; Jallet y Maxwell. Se hizo todo lo contrario. Falló Banega y con la sustitución al descanso Valverde le envía un toque de atención. Ayer Éver no entrenó junto a sus compañeros por una tendinitis rotuliana, pero la sustitución del Txingurri se debió a motivos estrictamente deportivos. No iba. Y el Valencia lo notó.

Hace dos semanas el argentino se presentó en Paterna cinco minutos tarde y, según opinaron sus compañeros no lo hizo en las mejores condiciones para entrenar, Valverde le perdonó. Firmó un partidazo ante el Barça, con gol incluido, asumió sus responsabilidades pero el martes era un día señalado y no dio la cara. Eso no agradó al técnico, al que no le tembló el pulso para cambiarle al descanso junto a Jonas. Sobre el césped se vio a un Valencia sin rumbo, atrapado en la telaraña construida por el PSG al no tener claridad de ideas ni velocidad y ser impreciso. Y al Txingurri no le va a temblar el pulso. Ya lo hizo con Fernando Gago. Sin actitud se le abrieron las puertas a su salida —se fue cedido a Vélez— y lo que no quiere Valverde es que ocurra otro caso semejante. El Valencia necesita a Éver y ahora está en manos del argentino tener la regularidad en su rendimiento que no ha tenido, pero para jugar debe ser regular, sobre todo ahora que el técnico ve la excelente predisposición de otros futbolistas, como Dani Parejo o Sergio Canales, que va a entrar poco a poco y el técnico considera que su posición ideal es donde actualmente está jugando Éver.

El argentino abandonó el estadio de Mestalla cabizbajo, con la mirada perdida en el suelo mientras pasaba por la zona mixta que obliga la UEFA. Le dolió ser sustituido al descanso, pero también es consciente que no hizo su mejor partido. No aportó soluciones y había momentos durante el partido con tal aglomeración en esa zona del campo que desesperaba al entrenador: al margen de Éver aparecían por ahí Jonas y Feghouli. Se molestaban. Valverde les cambió a los dos, sólo siguió el argelino, que tendía hacia el interior cuando veía que Joâo Pereira podía incorporarse al ataque o bien porque no recibía balones por la banda. Se molestaban.

Otra situación que incomodó muchísimo al técnico fue la facilidad con la que Banega perdía balones; ocho en sólo 45 minutos. Y le cambió. No es habitual en un futbolista que utiliza muy bien su cuerpo para conservar el esférico, pero acumuló pérdidas que unidas a un juego excesivamente lento le valieron para irse a la ducha al descanso. Porque otra advertencia en la que insistió el Txingurri era en no perder balones en la zona central. ¿Por qué? El PSG es un equipo que sale muy rápido al contragolpe, lo que unido a la calidad y velocidad de futbolistas como Lucas Moura, Lavezzi y Pastore, más la calidad de Ibrahimovic, provocaba el sufrimiento de jugadores como Rami o Ricardo Costa. Valverde tuvo la sensación como que Banega desoyera sus indicaciones, y acabó quitándole al descanso. El Txingurri quería el bien del Valencia y está demostrando que no se casa con nadie, te llames como te llames.

Valverde repasa los errores del PSG con Soso Feghouli

El técnico repasó el partido antes del entrenamiento y una vez con los jugadores sobre el césped, después de finalizar el calentamiento fue a buscar a Soso Feghouli —estaba estirando junto al resto de titulares— y lo sacó del grupo para hablar sobre el partido. Fue una charla que se prolongó por espacio de 15 minutos y los dos repasaron situaciones tácticas que se dieron en el partido del martes y que el argelino debe corregir. Valverde gesticuló bastante trazando los movimientos que no se hicieron bien, a lo que el futbolista atendía con mucha atención.

Feghouli dijo a su salida de Mestalla que no habían jugado como debían, él no profundizó por la banda y caía más al centro de lo recomendado, pero no tuvo más remedio al no recibir balones. Ante el Mallorca es una situación que no puede repetirse, de ahí que Valverde aprovechara la primera sesión para hablar con Soso.