Más allá de la recurrente cuestión del gol, los problemas del Valencia CF 2018/19 se encierran en su propia casa, entre las cuatro esquinas del estadio de la Avenida de Suècia. Como dice en SUPER Kily González, uno de los campeones de Liga de 2002, "Mestalla te obliga a ser protagonista". Quizá, por ser el tercer equipo más joven del torneo, quizá, por la ansiedad que genera una espiral de resultados negativos en un escenario tan imponente, lo cierto es que durante la segunda mitad del año al equipo de Marcelino se le ha atragantado el hecho de jugar como local. Salvo excepciones, como los días del Celta, Girona o Rayo, el Valencia ha sido incapaz de dominar la situación en su propio feudo. Ni siquiera en dos de los tres partidos referidos pudo cosechar la victoria y, en consecuencia, la fuga de puntos en Mestalla ha alejado demasiado a los blanquinegros del objetivo sustancial: una plaza entre las cuatro primeras, es decir, un billete para viajar a la próxima edición de la Champions.

En el contexto de una Liga irregular, especialmente complicada para los grandes en sus desplazamientos, el pobre bagaje del Valencia en casa, donde los demás aspirantes no han fallado, lo han condenado a la tierra de nadie. Después de ganar al Huesca en el último suspiro (2-1) el Valencia se ha aupado hasta la octava posición de la tabla con 22 puntos. A siete del Real Madrid, que está pendiente de jugar el jueves en Vila-real. A diez del Sevilla. Y a 12 del Atlético de Madrid... distancias excesivas en 17 jornadas y generadas, casi en su totalidad, en los partidos jugados como locales.

El pulso como visitantes

Los de Marcelino apenas han podido imponerse en dos ocasiones en València -Rayo Vallecano y Huesca- completando un balance negativo con seis empates y la injusta derrota con el Girona. En definitiva, el equipo se ha dejado el 56% de los puntos disputados con su público como testigo. Ha sumado 12 de 27 posibles, siete menos que Sevilla y Real Madrid y 11 menos que el Atlético. Las victorias en casa son el primer paso en el camino hacia los objetivos y el hecho de que los cuatro primeros de la Liga coincidan con los cuatro mejores locales así lo demuestra. Lejos de Mestalla, en cambio, los de Marcelino sí resisten la comparativa con Sevilla, Madrid y Atlético. Tras ocho jornadas a domicilio los valencianistas cuentan con diez puntos, los mismos que los blancos, uno menos que los rojiblancos y tres menos que los andaluces, que tienen un partido más lejos del Pizjuán.

La carrera por la Champions no es imposible. El hecho de que los rivales de la parte alta se hayan dejado más botines de lo esperado por los diferentes campos del país mantiene viva la esperanza con vistas a las 21 fechas que quedan. Eso sí, el Valencia necesita subir sus prestaciones y, sobre todo, ofrecer un cambio radical en los diez duelos que le aguardarán en su estadio. A estas alturas de la pasada campaña el grupo de Marcelino tenía 34 puntos e iba tercero gracias a 20 puntos logrados en casa. Este año sólo son una docena, en la comparativa con los mismos rivales... ¡11 menos! En el curso 17/18 los blanquinegros ganaron a Betis (2-0), Celta (2-1), Leganés (3-0), Sevilla (4-0) y Girona (2-1).

Diez duelos para la remontada

El Valencia CF apenas suma el 44% de los puntos en Mestalla, penalizado en exceso por seis empates. El difícil reto de la Champions exige una remontada de grandes dimensiones, pues en las últimas cuatro ligas los clasificados para la Champions alcanzaron la meta después de conseguir en casa porcentajes superiores al 70% de los puntos. Incluso, en 2016, el Sevilla se quedó fuera con 43 puntos como local porque el Villarreal se aprovechó de su pésimo balance como visitante.

La empresa del Valencia y su afición requiere convertir empates en victorias... alcanzar al menos diez. "Sabíamos qué debíamos dejarnos el alma, dar el 100%, y ahí tienes el plus de la gente. En Mestalla no se podían escapar los partidos. Cuando venía a jugar en contra con el Zaragoza la gente te lo hacía sentir, ahora hay que apoyar más que nunca", advierte el Kily. El mensaje es para todos, afición y equipo. Todos desean que lo vivido con el Huesca sea el punto de inflexión.