Bordalás no es suficiente

El Valencia CF pierde ante el Zaragoza y muestra la realidad del equipo mientras no se cierran más fichajes

Guedes, en pretemporada

Guedes, en pretemporada

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Perder en pretemporada puede ser una anécdota y en otros casos, como en la derrota del Valencia contra el Zaragoza, un aviso de la realidad que puede vivir el equipo en el futuro. La falta de nivel es evidente. No solo en lo técnico, con jugadores que difícilmente ganaron un uno contra uno ante un jugador rival, sino también en la inteligencia táctica de los nombres que tiene ahora mismo la plantilla valencianista. Y ya no es cuestión solo de apuntar a los que han disputado el cuarto amistoso del verano, sino de señalar todo lo que haría falta para tener garantías suficientes. Con Bordalás no es suficiente, porque el técnico necesita fichajes en la delantera, en el pivote, en las bandas e incluso otro jugador más en posiciones cubiertas con algún titular. Porque la falta de nivel entre los indispensables, que no hay tantos, y el resto se vio en Pinatar Arena. Y el entrenador, claro, no puede hacer milagros. 

La titularidad de Gayà y Maxi Gómez no sirvió ni tan siquiera para ocultar los problemas reales de un equipo con demasiados parches mientras espera. La pregunta es a qué y cuánto tiempo. Si en otros encuentros la presión alta fue una de las notas positivas, en la primera parte contra el Zaragoza no hubo ninguna noticia positiva. Ni la intensidad, con pocas faltas y mal elegidas, se salvó en Pinatar Arena. Javi Guerra lo intentó en el minuto dos con un disparo lejano y desde ese momento, al siguiente acercamiento, con otro de Guedes a las nubes, pasaron muchas cosas y ninguna positiva para el Valencia. Fran Gámez se empezó a incorporar por derecha y ahí, en la zona de Cheryshev, el Zaragoza encontró un filón. En una de esas, Paulista abandonó mal la zona, Diakhaby no se aproximó al brasileño y Narváez hacía el primero de la tarde. Ni el 'cooling break' despertó al Valencia mientras Bordalás se enfadaba y exigía algo más de intensidad a los suyos. Y antes de terminar ese primer tiempo aún dio tiempo para el segundo del Zaragoza. 

Esos 45 minutos iniciales dejaban claro algunos de los problemas de un equipo que debe cambiar muchas cosas para parecerse a algo de lo que quiere Bordalás. Sobre todo porque el técnico, cabreado y tratando de solucionar cosas, sí muestra exigencia e inconformismo por lo que ve en el campo. El segundo tiempo no mejoró ni mucho menos la actuación valencianista a pesar de la entrada de Thierry Correia y Alderete. De hecho, el equipo avanzó unos metros pero se mostró igual de incapaz de generar ocasiones mientras los minutos pasaban y el portero del Zaragoza era un espectador más. En primera fila, desde el área pequeña, veía cómo su rival ponía algún centro aislado sin mucha fe y fallaba pases que montaban alguna contra para los suyos. Pero la peor noticia fue incluso esa sensación de calma maña. En un ritmo evidente de pretemporada, Juan Ignacio Martínez fue haciendo cambios para ver a sus suplentes y el cuadro de Mestalla tampoco mejoraba con la rotación.

La plantilla, en su conjunto, estaba descompensada hace un año y lo sigue estando, porque apenas ha llegado Alderete, que mejoró a Paulista en el segundo tiempo. Pero el equipo terminó el partido con Rubén Sobrino y Manu Vallejo como delanteros titulares y esa es la realidad del Valencia si a Maxi Gómez, que falló una clarísima en el primer tiempo, le da por coger un constipado o una lesión de un par de meses si el Valencia no ficha un jugador que encaje y mejore el nivel colectivo. Porque hay que recordar que Guedes sigue en venta e incluso puede ser la vía para reforzar esta plantilla. El medio, que arrancó con Javi Guerra y Hugo Guillamón, acabó con Burlamaqui y Diakhaby. De nuevo dos teóricos centrales -más allá del rol que puede dar el '15'- y dos canteranos mientras el Valencia espera la recuperación de Racic y la vuelta de Soler. Normal que Bordalás insista con un pivote, como mínimo. En las bandas al menos el equipo tuvo el desparpajo de Fran Pérez en ese tramo final y en la portería tres paradas de mérito de Cristian Rivero, que no solo mostró nivel bajo palos, también actitud y liderazgo, corrigiendo a los centrales. 

Y lo que pudo ser otra prueba más de verano con algún detalle positivo se convirtió en un KO que a ver si despierta a Meriton y su política de calma con los fichajes. La espera no es eterna, el mercado está mal en todo el mundo pero pocos o nadie regalaron estrellas como sí hizo el Valencia hace un año y este curso toca arreglar algo del desperfecto. Como sea. Y no solo con un '6'. Prácticamente hace falta un jugador por línea.