El Valencia CF supera la prueba a taconazos (1-3)

Sin brillantez y con sufrimiento el equipo se clasifica en la prórroga y evita la sorpresa del Arenteiro que puso en aprietos a los valencianistas

Una imagen del duelo en O Carballiño entre el Arenteiro y el Valencia

Una imagen del duelo en O Carballiño entre el Arenteiro y el Valencia / Brais Lorenzo

Iván Carsí

Iván Carsí

¿Sufrimiento? Una buena dosis se tomó el Valencia en O Carballiño. Noventa minutos no fueron suficientes para que los valencianistas cerraran su clasificación a los dieciseisavos de final. Los de Mestalla se encontraron a un Arenteiro valiente y con las ideas claras, tanto hacia detrás como hacia delante y que complicó en exceso la papeleta de los de José Bordalás. El Valencia en Espiñedo se mostró como un equipo menor de lo que es. Superado por el rival en grandes periodos del partido no encontró su sitio en ningún momento. Más por falta de temperatura que por recursos. La única lectura positiva del pase en Ourense es eso. Evitar un fracaso sonado y cumplir con una ‘bolita’ este viernes en Las Rozas, que eso es lo importante, ir quemando rondas.

El Valencia estaba avisado después del ‘susto’ de los penaltis del Sevilla en Andratx, por ejemplo. Aun así el duelo fue soporífero ante un Segunda RFEF. Todo y que el Valencia tuvo la oportunidad de vivir una eliminatoria plácida, pero que ganó en la reválida de la prórroga. No se había cumplido ni un minuto del partido y los blanquinegros ya mandaban en el marcador. La primera, para dentro. Gayà centró desde su flanco, Maxi arrastró a los centrales y Yunus acertó a ‘taconear’ la pelota a la red. Un 0-1 que dejaba helado al público, no por sensación térmica, que también, sino por los ánimos.

Un lance del partido en O Carballiño

Un lance del partido en O Carballiño / Brais Lorenzo

El Arenteiro mete el miedo y no baja la guardia

Ni mucho menos el Valencia guardó todas las naves en Galicia. Gayà, Foulquier, Maxi Gómez, Diakhaby o Wass formaron como titulares. Sin embargo encontrarse con una ventaja tan pronto bajó las revoluciones del Valencia. El Arenteiro, ya por debajo desde el minuto 1, se lanzó sin miedo a nada y con todo perdido. Rápidamente Álex Fernández se hizo con el dominio del centro del campo ante un equipo tibio en los duelos. La rápida reacción de los gallegos tras el gol de Yunus Musah les permitió igualar y evitar un bajón anímico que diera paso a una goleada.

El equipo de Fran Justo se sabía la lección de pe a pa. Presión, robo y finalización. Una y otra vez el Valencia intentaba salir en largo por mediación bien de Diakhaby o bien de Jaume. El Arenteiro, más intenso y con gasolina al inicio, mordía en todas las disputas, sobrepasando a Wass y a Racic. Un doble pivote que no funcionó, ni para sostener, ni para crear.

Precisamente por la falta de tensión nació el empate del Arenteiro. Wass estuvo inocente ante Álex Fernández que lo dribló con facilidad y telegrafió su balón al espacio. Joni leyó perfectamente el desmarque, al que no llegaron ni Diakhaby, ni Tárrega. Tampoco Foulquier. Joni se plantó delante de Jaume y batió con suma precisión. El 1-1 era un aviso importante de que había que mancharse el mono para meterse en la siguiente ronda.

Nada más lejos de la realidad. Al Valencia se le hizo cuesta arriba cada disputa. Solo Maxi parecía aguantar los envites, aunque sin enlazar con ningún compañero con Wass y Racic demasiado separados del ataque. Eso y que el césped de Espiñedo ayudaba a aumentar el número de pases imprecisos.

El guion no varió tras el descanso. Aunque más replegado para aguantar la carga física, el Arenteiro también sobrevivió viéndolas venir. Bien ordenado sobre el balcón del área propia, el Valencia movía el parabrisas sin encontrar respuestas a un equipo bien plantado también en defensa. Un disparo de Racic… y nada más.

El peaje de Foulquier

El partido se enquistaba y las noticias eran más negativas que positivas. Siempre intentas evitar pagar peaje en partidos así, pero en una temporada en la que el equipo tiene mil y un contratiempos en O Carballiño iba a haber otro. Javier Vidal tenía que sustituir a Foulquier por problemas físicos en una defensa ya de por sí maltrecha. Que no sea nada.

El oxígeno para el Valencia llegó en la prórroga

Javier Vidal no tardó en dar entrada a Hugo Guillamón y a Carlos Soler. El rendimiento en la medular había caído y necesitaba un empujón. Sin embargo al igual que en la primera parte, el Valencia apretaba, pero sin veneno. Solo Gayà enviaba peligro al área de Iago a través de balones colgados desde la izquierda, que una y otra vez no encontraban rematador. Ni Maxi, ni Marcos André se imponían en defensa.

La solución fue la de sobrepasar y arrollar. El equipo ganó metros en campo rival, que no sensación de peligro. Los minutos pasaban y la prórroga acechaba. Un tímido disparo de Marcos André, algún balón envenenado, pero las ocasiones seguían sin aparecer.

De hecho el equipo no cogió electricidad hasta el tiempo extra. Poco a poco y también ayudado por el cansancio local, el Valencia encontró la tecla. Con un centro del campo con piernas y la entrada de Hélder Costa y Jason, pudieron destapar al Arenteiro. Desborde y balones al área. De hecho el portugués cabalgó y regateó como todavía no se le ha visto en Mestalla.

Sin embargo la luz llegó a balón parado. Un saque de esquina en el que Diakhaby, otra vez, se convirtió en asistente, terminó en las botas de Hugo Guillamón. El canterano emuló a Yunus y de tacón puso el 1-2 en el marcador. Los cambios provocaron un pequeño torbellino en el campo. Minutos después Marcos André con todo a favor fallaba el tercero. Acto seguido Manu Vallejo apuntillaba la rebelión gallega, evitando más tensión con una tanda de penaltis. La dinámica sigue en verde y ahora toca El Derbi.