El éxtasis de la Copa impulsa al Valencia en LaLiga (3-1)

Alegre victoria del cuadro valencianista, que sacó a pasear su imagen más efectiva y conservó tres puntos vitales ante un Mestalla entregado al completo a sus jugadores

Locura de los futbolistas del Valencia CF tras uno de los goles

Locura de los futbolistas del Valencia CF tras uno de los goles / Juan Carlos Cárdenas

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Con Mestalla todavía sumergido en un sueño que el Valencia CF pudo hacer realidad el pasado miércoles, los chicos de Bordalás saltaron al verde con esa marcha más provocada por los éxitos recientes del equipo. El Valencia sacó provecho de su principal argumento futbolístico de los últimos encuentros, la solidez defensiva, y superó a un endeble Granada a pesar de la multitud de cambios que el técnico reflejó en el once inicial. Hasta ocho futbolistas nuevos con respecto al último once ante el Athletic hicieron posible que el equipo conservara tres puntos vitales para la escalada en liga. Guedes primero, Maxi Gómez, inmediatamente después, y Carlos Soler dieron forma a una victoria valencianista que reactiva LaLiga como otra opción, todavía muy complicada, para llegar a puestos europeos.

Ni un minuto tardó Gonçalo Guedes, héroe actual del valencianismo, en levantar a todo Mestalla de sus asientos, con un eléctrico autopase que apunto estuvo de convertirse en penalti. Carlos Soler fue el encargado de probar fortuna en la falta directa, pero su disparo se marchó ligeramente desviado. A pesar del prometedor inicio, los primeros minutos no fueron un camino de rosas. Toni Lato, titular en sustitución del lesionado Gayà, tuvo que retirarse nada más comenzar el encuentro, con lo que aparentemente parecía un problema muscular. El Granada, aprovechando el desconcierto y la inferioridad numérica hasta que pudo entrar Jesús Vázquez, puso en serios problemas a Jaume con dos ocasiones consecutivas muy claras.

Pasaban los minutos y el ritmo acelerado no frenaba. El Valencia fue capaz de hacerse con la posesión del esférico, pero los despistes defensivos propios permitieron al Granada seguir poniendo sobre aviso a la zaga blanquinegra. Como en una pérdida en el costado izquierdo que apunto estuvo de convertir Luis Milla en el primer tanto del partido. Minutos después, también por el costado zurdo, Marcos André, con una necesidad máxima de reivindicarse, completó una buena conducción pero su disparo, raso y sin demasiada potencia, se marchó lejos de la portería defendida por Maximiano. 

Sin ningún miedo a un Mestalla excitado, Jesús Vázquez demostró una inercia ofensiva que encontró un gran aliado en Marcos André. El brasileño, tras una buena jugada combinativa del Valencia por banda izquierda, se plantó solo, aunque algo escorado, delante de Maximiano. Pero no fue el guardameta, sino el poste, lo que detuvo su disparo. No obstante la jugada fue anulada posteriormente por posición antirreglamentaria.

Racic, Jesús Vázquez y Musah, celebrando un gol frente al Granada

Racic, Jesús Vázquez y Musah, celebrando un gol frente al Granada / JM López

Tras un inicio sin tiempo siquiera para pestañear, en el ecuador de la primera mitad el partido se convirtió en una batalla por el centro del campo, cobrándose su primera víctima como consecuencia de la intensidad. Cömert vio la primera tarjeta amarilla del choque en el minuto 26 al cortar una contra prometedora. A Yunus Musah le ocurrió lo propio poco después, aunque la jugada que interrumpió el estadounidense prometía mucho más. Con el ritmo del partido mucho más pausado que en sus inicios, y con un sediento de gol Marcos André, que gozó de la mejor ocasión del tramo final, el colegiado decretó el fin de una primera mitad cargada de tensión, intensidad y buenas oportunidades para ambos equipos.

Maxi Gómez volvió a marcar en Mestalla

Como si de un calco de la primera parte se tratarse, la segunda mitad arrancó con el mismo protagonista buscando hacer daño. Un pase de Guedes dejó a Maxi en una muy buena posición. El uruguayo se la devolvió dentro del área al luso y este quiso rizar demasiado el rizo con otro pase que terminó de matar la jugada. Sin embargo, en esta ocasión el Valencia sí encontró el premio a la insistencia. Tras una falta provocada por Foulquier, Carlos Soler colgó un centro al primer palo como marcan los cánones para que, quién si no, Gonçalo Guedes, cabeceara el balón al centro de las mallas cuando solo habían transcurrido 3 minutos del segundo periodo.

Y cuando Mestalla aún cantaba el gol del luso, el equipo de Bordalás encontró la fórmula secreta. Guion calcado y mismo final. Solo que esta vez con distinto protagonismo. Maxi Gómez, casi tan necesitado como Marcos André de ver puerta, remató con la testa al segundo palo un gran centro de nuevo de Carlos Soler en el minuto 51. La segunda parte solo acababa de iniciarse y Mestalla, al unísono, cantaba a un equipo movido por el aliento de su gente.

Sin embargo, la alegría no pudo transformarse en tranquilidad y, tan rápido como el Valencia amplió distancias, el Granada las recortó, aprovechando una mala acción defensiva de Cömert que se acabó convirtiendo en una jugada desgraciada que terminó en un gol en propia puerta que el árbitro atribuyó a Hugo Guillamón en el acta.

Segunda parte de dominio y goles en Mestalla

Parecía imposible que ocurrieran más cosas en los primeros minutos que en la primera parte, pero el guion de la segunda superó incluso las expectativas. El Valencia trataba de recomponerse tras el gol visitante cuando Maxi Gómez provocó, con el suspense de un posible fuera de juego, un penalti que el especialista Carlos Soler no perdonó en el momento que el reloj del marcador buscaba el minuto 62.

En una de esas tardes de fútbol en las que el ambiente invita a intentar cosas extraordinarias, Maxi Gómez, crecido además por su gol y el penalti provocado, divisó ligeramente adelantado a Maximiano y probó fortuna desde el centro del campo. No encontró recompensa, pero poco faltó para que Mestalla acabara sacando a hombros al ariete de Paysandú. Ahora sí con el ambiente más tranquilo, propiciada por la renta y las sensaciones, Bordalás empezó a mover el banquillo. Bryan Gil y Hugo Duro, entre una sonora ovación del estadio al unísono, sustituyeron a Maxi y Yunus Musah, también premiados con el cariño del valencianismo por su buen partido.

Los jugadores del Valencia, celebrando un gol frente al Granada

Los jugadores del Valencia, celebrando un gol frente al Granada / JM López

Los últimos 10 minutos del partido trajeron consigo una caída en picado del ritmo de partido. Solo la frescura de los dos primeros cambios de Bordalás puso algo más de picante a un partido que parecía visto para sentencia. Racic recuperó un balón que cayó en los pies de Hugo Duro. El madrileño habilitó a Bryan Gil pero su control algo desviado le privó de encontrarse en una posición franca para batir a Maximiano. Mientras tanto, Bordalás siguió moviendo el banquillo y dando descanso a jugadores habituales. En otro doble cambio, Mosquera y Hélder Costa sustituyeron a Carlos Soler y a un Marcos André que no se llevó el premio del gol, pero sí un largo aplauso de Mestalla mientras recorría la banda y el fondo de la portería en dirección al banquillo. El canterano Mosquera, que se colocó como ‘6’ del equipo los minutos que estuvo sobre el césped, estuvo cerca de poner la guinda a la goleada, pero no pudo conectar con acierto un cabezazo tras un buen centro.

El Valencia se hizo con su segunda victoria consecutiva en liga y lo hizo con un fútbol alegre como principal baza. Los chicos de Bordalás recuperaron su faceta más goleadora. Y lo más importante, en un tramo delicado de la temporada, el técnico alicantino parece haber recuperado futbolistas que hace no demasiado tiempo parecían olvidados. Un triunfo más que refuerza el barco del Valencia en liga, tanto por los tres puntos conservados como por los guerreros que el cuadro blanquinegro suma a la causa de aquí a mayo. 

Ficha técnica del Valencia-Granada