La travesía por el desierto lleva al Valencia esta tarde a Cornellà, donde se enfrentará a un Espanyol tampoco sin ningún objetivo clasificatorio por delante en las dos últimas jornadas antes de acabar una temporada muy irregular para dos clubes cargados de historia. Y pese a la intrascendencia, a periquitos y murciélagos les asiste la obligación de lograr una victoria que maquille un último mes de competición para el olvido. El conjunto de Bordalás ha sumado dos de los últimos 15 puntos en disputa. Uno más que su rival, que solo ha rascado un empate en ese mismo periodo de tiempo. El Valencia se medirá a uno de los rivales que marcó el punto de inflexión negativo en el desarrollo del año. La derrota frente a los blanquiazules en Mestalla el pasado 31 de diciembre, por 1-2, dejó al Valencia de poder aspirar a la cuarta plaza a entrar en una dinámica fatalista que lo llevó a la media tabla, el destino final habitual en el club dirigido por Lim.

La actualidad en ambos clubes se ha agitado en los últimos días, acelerada por el mal momento deportivo. Una vez confirmada la permanencia en la categoría, el máximo accionista del Espanyol, Chen Yansheng, ha reordenado el proyecto de forma brusca, con el despido del entrenador, Vicente Moreno, y la salida de Rufete de la dirección deportiva. Una voladura aparentemente controlada con la que el magnate chino ha querido anticipar los tiempos para replantear las bases de la próxima temporada y el futuro de la entidad. Domingo Catoira, exmiembro de la secretaría técnica del Valencia, ya ha sido elegido como director deportivo, a la espera de un nuevo entrenador.

Por contra, en el Valencia la relación entre José Bordalás y Meriton Holdings ha ido agrietándose desde el mercado de invierno y solo la final de Copa ofreció un par de meses de calma chicha en una convivencia en la que la confianza entre ambas partes está muy tocada. A la celeridad del Espanyol para plantear cambios, el Valencia antepone la lánguida pausa en la toma de decisiones de Peter Lim, que se ha presentado en mayo con todas las grandes decisiones deportivas y patrimoniales por dilucidarse. No están todavía renovados los capitanes José Gayà y Carlos Soler, el pacto apalabrado por Hugo Guillamón se ha frenado desde Singapur, la reactivación de las obras del estadio sigue bloqueada y se está a la espera de una reunión con Bordalás de la que debe salir o bien una tregua, para que el técnico alicantino cumpla su última temporada de contrato, o bien un final amistoso entre las dos partes.

En el partido de esta tarde, Bordalás recupera a varios efectivos importantes en el equipo. Gayà y Guillamón reaparecen tras sus sanciones, y lo más probable es que no fuerce a futbolistas tocados, como es el caso de Hugo Duro, Gabriel Paulista y Gonçalo Guedes. Especialmente llamativo es el caso del delantero portugués. Bordalás confirmó ayer una información de Radio Valencia Cadena Ser por la que existe una cláusula por la cual si Guedes juega más de 45 minutos en los partidos que restan, o si lo hubiera hecho en los dos anteriores, el Valencia debería pagar 5 millones más al París Saint Germain, su equipo de procedencia, en concepto de bonus. Una posibilidad inviable para Lim, que aspira a que Guedes sea la gran venta del verano, y uno un motivo extra de inversión.

En el Espanyol, dirigido de manera interina por Luis Blanco, el centrocampista venezolano Yangel Herrera y el lateral Aleix Vidal son baja por sanción. Además, el mediocentro albanés Keidi Baré está lesionado. Por su parte, los defensas Óscar Gil y Pedrosa, el medio Manu Morlanes y el atacante Dimata son duda. La convocatoria se conocerá esta misma mañana. Los precedentes son favorables al Valencia, que ha hecho del RCDE Stadium uno de sus escenarios favoritos. En las últimas cinco visitas del cuadro valencianista, este ha ganado tres veces y ha perdido dos. Los resultados de los compromisos suelen ser ajustados, sin excesivos goles.