La expulsión de Cömert cada día indigna más

El Valencia acepta la roja al suizo pero no entiende cómo el VAR ha mirado a otro lado en las infracciones de Muniain, Dembélé, Ocampos o Juanmi

El momento de la expulsión de Cömert en la primera jornada de LaLiga

El momento de la expulsión de Cömert en la primera jornada de LaLiga / JM Lopez

Andrés García

Andrés García

La expulsión de Eray Cömert cada día que pasa indigna más al vestuario del Valencia. Y no porque fuera injusta. La entrada del suizo merecía la roja. Lo que genera malestar en el club y en el vestuario es la diferente vara de medir con la que los árbitros y el VAR están juzgando otras acciones antirreglamentarias merecedoras de expulsión que se están saldando con tarjetas amarillas o simplemente acaban sin castigo. Hay demasiados agravios comparativos para llevar solo dos jornadas de LaLiga. 

Una de ellas se vio precisamente en el partido del Valencia contra el Athletic. Iker Muniain cazó por detrás a Samu Castillejo en una peligrosa entrada que debió costarle le expulsión. Sin embargo, el árbitro del partido César Soto Grado decidió perdonarle la roja y sancionarlo única y exclusivamente con una cartulina amarilla. El malagueño tuvo suerte porque recibió la entrada en al aire. La misma entrada con el pie apoyado en el césped podría haber provocado una lesión grave. De hecho, el capitán rojiblanco se dio cuenta de la gravedad de su acción e inmediatamente se interesó por el valencianista. 

Igual de injusto fue el VAR en el partido entre la Real Sociedad y el Barcelona. Ousmane Dembélé se quitó de en medio a Aihen Muñoz con un codazo en la cara. El árbitro Munuera Montero no lo vio porque el balón no estaba en juego en esa zona del campo. El problema es que tampoco lo vio el encargado del VAR González González a pesar de la claridad de las imágenes. La televisión demostró de forma clara la agresión del extremo francés (uno de los goleadores del Barça) al lateral txuri-urdin. El reglamento no es igual para todos. Imanol se mordió la lengua en rueda de prensa: «El codazo lo he visto y sobran las palabras». 

Hay otra jugada de esta segunda jornada de LaLiga que ha dado la vuelta al mundo por sus protagonistas sudamericanos y sobre todo por la injusticia con la que fue resuelta por el colegiado. Lucas Ocampos cometió una durísima entrada sobre Lucas Olaza en el Sevilla-Valladolid que merecía la expulsión y que solo fue castigada con una cartulina amarilla. Una tremenda patada que ni siquiera revisó en el videoarbitraje y que hizo saltar al campo a todo el banquillo pucelano. Para el árbitro Pulido Santana no fue roja. La acción provocó una tangana y derivó en la expulsión de Acuña, El Yamiq y el preparador de porteros Santisteban González.  

Aunque para agravios comparativos el que se vivió en la primera jornada en una acción idéntica a la de Cömert. Misma entrada y, sin embargo, diferente decisión arbitral. El futbolista del Betis Juanmi se desentendió del balón y clavó los tacos por detrás a un futbolista del Elche. La infracción solo fue castigada con amarilla y el Betis pudo acabar con once. Y todo con un agravante, el encargado del VAR en los dos partidos era González González. El Valencia también se quejó de que el jugador del Girona Samu Sáiz debió ver la segunda amarilla. El malestar continúa.