LALIGA SANTANDER

Baraja se planta una vez más ante el infierno

Como jugador, el Pipo no pudo evitar el descenso del Atlético en el año 2000, pero fue el líder que evitó el desastre del Valencia en 2008

Rubén Baraja tiene experiencia para sacar al Valencia del atolladero.

Rubén Baraja tiene experiencia para sacar al Valencia del atolladero. / JM Lopez

Vicent Chilet

Vicent Chilet

A Rubén Baraja se le recuerda como el director de orquesta del mejor Valencia de la historia, con el equipo del inolvidable doblete de 2004, pero también está acostumbrado a lidiar con situaciones límite. En su etapa como futbolista, las sufrió tanto en Mestalla (en la temporada 2007/08) como en el Atlético (1999/00). En el Valencia CF, fue el líder del vestuario que activó la autogestión que hizo posible alcanzar la salvación a tiempo, a falta de dos jornadas.

A orillas del Manzanares, ocho años antes, su aportación no fue suficiente para evitar la caída al ‘infierno’ del conjunto colchonero. Alivio y tragedia. Pipo es conocedor de cómo respira el vestuario de un equipo histórico en este tipo de crisis, en plena caída libre. Este fin de semana, Baraja visitará el Metropolitano con la misión de dar otro paso hacia adelante en la salvación del Valencia, empatado a puntos con el Getafe, equipo que abre la zona del descenso a Segunda.

Los clubes y las épocas son distintas, pero si un factor iguala las crisis del Atlético en el año 2000, con las del Valencia en 2008 y 2023, es el de la convulsión social. La crisis institucional de los rojiblancos en la temporada 1999/00 fue el desencadenante que arrastró en su caída a un equipo dirigido al inicio de campaña por Claudio Ranieri y que contaba con muy buenos mimbres. Jugadores contrastados como Molina y Hasselbaink, junto a estrellas emergentes como Valerón, Capdevila o el propio Rubén Baraja.

La incertidumbre societaria estalló en toda su virulencia cuando en diciembre de 1999, el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, decretó la destitución del presidente Jesús Gil y la intervención judicial del club. La inestabilidad sacudiría al club a partir de ese instante, a pesar de que el equipo lograría llegar hasta la final de la Copa del Rey, perdida en Mestalla ante el Espanyol (2-0).

Sin embargo, la irregularidad en LaLiga se decantaría en un bloqueo total desde el 29 de enero, en la jornada 22, cuando ganó su último partido. Desde entonces, el Atlético encadenó 15 partidos sin conocer la victoria (7 empates y 8 derrotas). En la jornada 27, en una altura de campeonato parecida a la actual, los colchoneros cayeron en posiciones de descenso, que ya no abandonarían hasta consumar la tragedia con un empate (2-2) en casa del Oviedo. Baraja, con 24 años, que no partía como titular, jugó 26 partidos, 17 de ellos partiendo desde el once inicial. Ese verano sería fichado por el Valencia, que pagó su cláusula de 12 millones de euros.

Los paralelismos con el Valencia CF en 2023 son parecidos.

Los paralelismos con el Valencia CF en 2023 son parecidos. / SD

Situación insospechada

Después de ser un actor principal en las dos Ligas ganadas en 2002 y 2004 y la Copa de la UEFA de 2004, Baraja se enfrentó a una situación insospechada en el Valencia de la temporada 2007-08. Los paralelismos con el Atlético del año 2000, salvando las distancias, eran similares, con el caos en la gestión. El club empezó a larvar la crisis económica por la construcción del nuevo estadio (todavía hoy inacabado) y los volantazos de Juan Soler en la presidencia acabaron afectando al rendimiento en el terreno de juego.

Quique Sánchez Flores fue destituido con el equipo cuarto, a cuatro puntos del liderato, y el vestuario entró en combustión con la decisión de Soler y Ronald Koeman, técnico sucesor de Quique, de apartar a emblemas como Albelda, Cañizares y Angulo. A pesar que, como aquel Atlético, el Valencia disponía de un gran plantel, con Baraja, Marchena, Silva, Villa, Mata, Joaquín, Albiol o Vicente, entre otros, el equipo cayó en picado.

El Valencia tuvo dos grandes sequías en el campeonato, con 9 partidos sin ganar entre las jornadas 13 a 21, y solo una victoria (en el Bernabéu) entre las jornadas 24 a 33. Con el equipo en serio riesgo de descenso, tanto que se optó por no celebrar el título de Copa ganado al Getafe (3-1), Koeman fue destituido y el equipo, en la primera intervención milagrosa de Voro, se salvó con muchos apuros tras vencer a Osasuna y Zaragoza.

En 2023, los paralelismos también existen entre este Valencia, con el equipo blanquinegro de 2008 y el Atlético de 2000. El club está instalado en una descomposición societaria similar, una gran deuda con un estadio inacabado, y con el añadido de una plantilla más joven y devaluado. La experiencia de las noches de gloria, y de los momentos de sufrimiento, alimentan la templanza del Pipo para sacar al Valencia del atolladero.