Valencia y afición, subidos al autobús de la permanencia

Almería, Elx y Cádiz, entre otros, ya han sido testigos de cómo empuja la afición del Valencia CF a pesar de ser minoría. Ahora el objetivo es lograr el mismo ambiente en Balaídos

La afición valencianista, en el Martínez Valero

La afición valencianista, en el Martínez Valero / JM LÓPEZ

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia tiene cinco finales pero desde hace tiempo la afición ha remado como si cada partido fuera una pelea por un título. La realidad es que la situación actual es todavía más importante que eso y el valencianismo ha entendido a la perfección que Mestalla no solo debe rugir cuando se juega como local. Toca llevar ‘Mestalla’ a cada estadio en el que jueguen Baraja y los suyos y el mejor ejemplo es lo que se está viviendo en el último mes en cada desplazamiento. Contra el Almería, la grada no dejó de empujar a un equipo que fuera de casa precisamente no ha demostrado ser ni mucho menos sólido. El equipo a pesar de eso no pudo regalarle la victoria a los desplazados al antiguo Juegos del Mediterráneo. El palo fue ‘gordo’ teniendo en cuenta lo mucho que había en juego y además contra un rival directo que robó el ‘golaveraje’ a un Valencia en caída libre. 

Después de ese choque contra el Almería, la derrota contra el Sevilla solo sirvió para aumentar el miedo a un posible descenso pero el valencianismo tiene clara una cosa: el equipo va a contar con su apoyo hasta el último minuto en el que se esté jugando la salvación. No hay otra filosofía posible. Por eso, los seguidores agotaron rápidamente las entradas para estar en el Martínez Valero en el enfrentamiento ante el conjunto ilicitano. Desde las gradas, el cuadro de Baraja respondió y aprovechó la oportunidad para salir de Elx con los tres puntos en el bolsillo. 

Esa victoria sirvió para ganar confianza y para calmar las aguas de unos resultados que eran completamente caóticos. Mestalla, unos días después, jugó su partido contra el Valladolid y a pesar del error de Diakhaby que acabó con el 0-1 para los de Pucela, logró dar la vuelta con dos tantos: uno del propio central francés y un golazo de Javi Guerra, que derribó la puerta del primer equipo (aunque no era su debut) contra los de Pezzolano. 

Diakhaby, tras marcar un gol frente al Valladolid

Diakhaby, tras marcar un gol frente al Valladolid / Francisco Calabuig

Unos días después llegó el viaje a Cádiz. El valencianismo mostró ahí que está hecho de otra pasta. Salió a las 12 de la noche desde Mestalla en autobuses rumbo a la ciudad andaluza con el único objetivo de conseguir los tres puntos y volver con más de media salvación en el bolsillo. Sin embargo, el cuadro de Baraja, que tiró de rotaciones, perdió la oportunidad y se marchó del Nuevo Mirandilla con una derrota que hizo muchísimo daño. Tanto por la forma como por el fondo. Y sobre todo por esos centenares de valencianistas que tenían que hacer el camino de vuelta, sin premio y con una organización pésima para llegar a sus casas. 

Tras el empate ante el Villarreal...

El Villarreal fue por su parte la última cita para un equipo que vio el empate como un resultado que se hará bueno en Balaídos. Si se cae en Vigo no sirvió de nada. O no de mucho. Si se consiguen los tres en el feudo gallego será un botín suficiente para seguir sumando en el semana a semana. 

Hasta Balaídos acudirán cerca de 200 valientes, como mínimo, que ya tienen sus entradas como así anunció el Valencia CF hace tan solo unos días. Será el enésimo desplazamiento pero no el último de una afición que seguro que ya tiene en mente qué hacer en Palma en el próximo Mallorca-Valencia y también en esa última jornada con el duelo ante el Betis en el Benito Villamarín. Esperemos, por el bien de todos, que ya con la salvación en el bolsillo.