Muchos valencianistas acompañan a la Virgen de los Desamparados en su Traslado

El valencianismo estuvo más presente de lo normal en la plaza de la Virgen, pidiendo a la patrona de la ciudad ayuda para aupar en la clasificación a los de Rubén Baraja

La Virgen de los Desamparados comenzó en la mañana de este domingo 14 de mayo su tradicional Traslado desde la Basílica de la plaza de la Virgen ante una multitud de fieles. Fueron 22 minutos hasta empezar a entrar por la Puerta de los Hierros. Los fieles se agolpaban a las puertas pero no ha habido que lamentar ningún incidente. Una de las imágenes que deja este acto, son los niños sobrevolando las cabezas de la gente que se rendía ante la imagen. Destacó también la gran cantidad de seguidores del Valencia CF con las camisetas del equipo. Sin duda el equipo se encuentra en uno de los peores momentos de su historia y toda ayuda, por divina que sea, es bienvenida

Desde los balcones lanzaban flores a la patrona de los valencianos mientras se sucedían los aplausos. Este año, la imagen de la patrona de los valencianos ha salido vestida con el manto del Centenario que, hasta hoy, se desconocía. A su entrada al altar la Catedral ha retumbado entre aplausos.

Origen del culto a la Virgen de los Desamparados

Nos trasladamos al 24 de febrero de 1409, cuando el padre Jofré se dirigía a la catedral para pronunciar un sermón de una misa durante la Cuaresma, cuando presenció el maltrato de un enfermo mental en una calle de Valencia próxima a Santa Catalina (actual Martín Mengod, anteriormente llamada Platerías). Un grupo de jóvenes golpeaba y se burlaba de un hombre perturbado, al que gritaban "¡Al loco, al loco!", de acuerdo con la entonces muy extendida creencia de que los locos eran posesos del demonio. Se interpuso entre los agresores y el agredido, protegió al hombre y se lo llevó a la residencia mercedaria, donde le dio cobijo y dispuso que le curasen las heridas. El domingo siguiente en la catedral, dedicó una parte de su sermón a predicar en contra de "la persecución irracional y tanto más cruel cuanto más inocentes, impotentes e irresponsables son las víctimas"

El sermón fue escuchado por Lorenzo Salom (o Saloni), quien junto con otros comerciantes y artesanos aportaron los fondos necesarios para su materialización. Poco después, el Consejo General de la Ciudad aprobaba la iniciativa. El asilo se ubicó en lo que había sido una casa con huerta en las afueras de la ciudad, cerca de la puerta Torrent, que pasó a ser conocida como la 'Puerta de los Locos'. Las obras comenzaron el 9 de mayo y enseguida se pudo contar con los permisos necesarios del rey Martín I El Humano: el primero para comienzo a la fábrica (diciembre de 1409), el segundo, el privilegio de dar por amortizados los bienes para la manutención y conservación (7 de febrero de 1410) y finalmente las Constituciones para su administración y gobierno (15 de marzo de 1410). A su vez, el papa Benedicto XIII autorizó el hospital en una Bula de 16 de mayo de 1410, en la que el hospital debía estar bajo la advocación de los Santos Inocentes Mártires, por cierto, los únicos canonizados sin tener uso de razón.

El 1 de junio de 1410 se inauguró el hospital con el nombre de Hospital d’Innocents, Follcs i Orats bajo el amparo de la Virgen, Sancta María dels Innocents. El vulgo enseguida le llamó hospital de Nostra Dona Santa María dels Innocents. Hay que subrayar que los Santos Inocentes, mandados degollar por Herodes, eran niños menores de dos años. Fueron canonizados a pesar de no saber lo que hacían porque aún no habían alcanzado la razón y ponen de manifiesto que también para los privados de la razón hay un lugar en el Cielo. La hermandad se constituyó bajo la advocación de Nuestra Señora Santa María de los Locos, Inocentes y Desamparados. El objetivo de la hermandad era atender a los enfermos, y debido a la hambruna de la época y el gran índice de orfandad, las calles se encontraban numerosos niños desamparados. El hospicio se amplió para recoger a los niños desamparados, locos, expósitos y abandonados.

El 29 de agosto de 1414 se constituyó la Lloable Confraria de la Verge Maria dels Innocents, formada por cien sacerdotes, trescientas mujeres y otros tantos varones para recaudar los fondos para el funcionamiento del hospital, tras la aprobación de sus constituciones en Morella, donde se encuentran el Papa Benedicto XIII y el Rey Fernando I de Aragón a propósito del Cisma de Occidente.

Y se produjo el milagro

El año 1414 llegaron cuatro jóvenes, vestidos de peregrinos, a la cofradía. Al recibirles el hermano cofrade que vivía en la casa, cuya esposa era paralítica y ciega, le dijeron que en dos días les podían hacer una imagen de la Virgen si les daban un lugar donde hacerlo y comida. Les llevaron al lugar conocido como La Ermita.

Pasados cuatro días y no oyéndose ningún ruido, forzaron la puerta y encontraron la imagen de la Virgen María. Los extraños peregrinos habían desaparecido; poco después sanó la esposa de un miembro de la hermandad, ciega y paralítica. El suceso dio origen a la leyenda de que "la hicieron los ángeles".