Javi Guerra, qué bueno que apareciste

El centrocampista del conjunto valencianista dio un auténtico recital en la medular contra Camavinga, Tchouameni y Ceballos

Javi Guerra durante el encuentro contra el Real Madrid

Javi Guerra durante el encuentro contra el Real Madrid / JM LOPEZ

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Javi Guerra saltó a jugar a un centro del campo con jugadores como Tchouameni, Camavinga y Ceballos y se los comió a todos. No es hipérbole ni mucho menos. La primera parte de Javi Guerra es un ejercicio de superioridad insultante en absolutamente todo. Con ‘cuatro ratos’ en la élite, lo del centrocampista es algo que no es normal. No es un punto de fortuna con un golpeo contra el Valladolid o un buen día aislado. Desde su debut, Javi Guerra ha demostrado un nivel fuera de lo común. Un ejercicio de calma, calidad y de liderazgo que incluso se ha convertido en el jefe de la medular con Nico González y Almeida con escuderos. Baraja se atrevió a hacer lo que nunca hizo el ‘gatito’ de Gattuso, que no intentó más cosas cuando la marea venía en contra y que ha quedado retratado con la gestión del ‘Pipo’ desde su llegada al banquillo de Mestalla.

Una de esas teclas que tocó es Javi Guerra. El centrocampista se ha convertido en la mejor de las noticias de la recta final de curso. En ese primer tiempo contra un centro del campo como el del Real Madrid no solo en defensa, también en ataque, estuvo imperial. De hecho hasta tuvo dos ocasiones de gol en las que se encontró con el mejor portero del mundo, Thibaut Courtois. 

Una de ellas llegó con un pase filtrado por dentro, un remate directo desde la frontal y otro de volea conforme venía el esférico en un gesto técnico de mucha dificultad y que solo Courtois pudo evitar. 

En ese primer tiempo, el centrocampista del Valencia también mostró otra de sus grandes virtudes: el desplazamiento en largo. Lanzando al equipo dejó claro que no solo es un futbolista de corte defensivo, sino que es un jugador total. En el pase en corto, en largo y viniendo a recibir en corto, Javi Guerra dejó todo el abanico de un repertorio que se antoja todavía imposible de adivinar. Porque más allá del momento, el canterano es ya una realidad que Mestalla debe disfrutar durante años.