Una constante que cada temporada es más vital

Año tras año el Valencia se ve obligado a vender a sus jugadores de más cartel para poder seguir con vida en el mercado, debilitando deportivamente

Yunus, Soler y Guedes celebran el gol del Valencia CF

Yunus, Soler y Guedes celebran el gol del Valencia CF / PAU PARDO. VALÈNCIA

Manel J. Ghelli

Manel J. Ghelli

La venta de Yunus Musah es un hecho. Un hecho que ejemplifica en lo que ha convertido el Valencia en los últimos años, y que está generando una peligrosa tendencia en el mercado de fichajes valencianista. 

Alrededor de 20 millones son lo que va a ingresas el club por el estadounidense, con los que va tener algo de maniobra en el mercado junto con la rescisión de Cavani, pero que sigue siendo insuficietne para poder acometer fichajes de cierto ‘peso’ sin excederse en el Fair Play financiero. Una constante que viene repitiéndose desde el año siguiente de la pandemia, en el que Javi Gracia se encontró con las ventas de jugadores importantes como Parejo, Coquelin, Ferran Torres, Rodrigo Moreno o Garay que terminó contrato, con las que el club ingresó más de 75 millones con ventas, sumando la de Kondogbia, que se marchó traspasado al Atlético de Madrid ya empezada la temporada y una vez cerrado el mercado de fichajes.

Esto fue posible, primero porque el Valencia negoció una venta con los colchoneros, y segundo, porque los madrileños perdieron el último día de mercado a Thomas Partey, que abonó su cláusula de rescisión para marcharse al Arsenal, dejando cojo el centro del campo de Javi Gracia. Para mayor ‘cachondeo’ ese verano se consideró oportuno no realizar ninguna contratación. 

Un despropósito que le pudo costar la categoría al Valencia, y por el que el propio técnico navarro quiso hacer las maletas y marcharse, algo que finalmente no se dio. La temporada siguiente se aguantaron las ventas de jugadores como Guedes o Soler, que apuntaban a salir, pero que con la inyección del fondo CVC aligeró las cuentas de los equipos de la liga y permitió que se realizasen fichajes. 

Un oasis en el desierto, ya que en el verano posterior se siguió con la venta de los jugadores con mejor cartel de la plantilla. Empezando por Gonçalo Guedes, que desde hacía varias temporadas tenía colgado el cartel de: «se vende» en la frente, y que si no había salido antes era porque su rendimiento había decaído, al igual que su precio. Nada más lejos de la realidad, en cuanto se revalorizó y antes de que finalizara su vinculación contractual, hizo las maletas al destino menos sorprendente posible. El Wolverhampton inglés, con un núcleo de jugadores portugueses y con un vínculo común en cuanto a representación se refiere. Ese mismo verano también harían las maletas Soler junto con Cilessen y Maxi Gómez ante la necesidad de ventas, lo que permitiría las compras de Hugo Duro y André Almeida

La consigna es clara y es una constante de cada año. Los jugadores con los que se puede sacar dinero son venta clara. Primero para cuadrar las cuentas, y si se ingresa lo suficiente entonces hablar de fichajes. 

Este verano el Valencia ya ha vendido a uno de los jugadores con los que más caja podía hacer, y en la plantilla ya no hay demasiados jugadores ‘jugosos’ para el mercado. Salvo Mamardashvili y por supuesto Gayà, no parece haber un jugador que se aproxime a los 20 ‘kilos’. Lo que parece claro es que en la próxima ventana estival dejará como mínimo una venta de peso para seguir con pulso en el mercado, mientras deportivamente la recesión es exponencial.