Baraja logra ‘lo imposible’... otra vez

El Pipo realizó un planteamiento perfecto con muy pocos recursos para ganar al Sevilla, pero la necesidad de fichajes no cambia un ápice

La celebración de los 'niños' de Baraja en el vestuario tras el triunfo en el Pizjuán

La celebración de los 'niños' de Baraja en el vestuario tras el triunfo en el Pizjuán

Pau Pardo

Pau Pardo

El Valencia se llevó la victoria del Ramón Sánchez Pizjuán contra todo pronóstico. Con una convocatoria repleta de canteranos, recurriendo a Mouctar Diakhaby de mediocentro y contra un equipo de Champions, Rubén Baraja volvió a lograr ‘lo imposible’ con una demostración de trabajo meticuloso en la Ciudad Deportiva de Paterna y una capacidad brutal para llegar al futbolista y hacerle dar un poco más de su cien por cien.

El resultado está muy lejos de tapar las carencias del equipo, que si quiere afrontar la temporada con garantías necesita todavía muchos fichajes antes del cierre de mercado, pero refuerza todavía más la figura de un entrenador que levantó el curso pasado a un vestuario hundido y logró una salvación que llegó a verse verdaderamente complicada en un gran tramo de la campaña. Anoche en Sevilla estrenaba su primera temporada desde el inicio y el planteamiento, con una plantilla radicalmente inferior a la hispalense, fue muy superior al de un preparador consagrado como José Luis Mendilibar. 

El equipo arrancó la campaña con un solo delantero (Hugo Duro) y dos extremos que hace un año jugaban en la cuarta categoría del fútbol español (Diego López y Fran Pérez), unos estridentes vacíos en la confección del plantel que necesitan una solución urgente, primero porque más allá de la victoria no se puede obviar que el equipo necesita dar un salto de calidad en estas posiciones y segundo porque a día de hoy no existe siquiera la posibilidad de rotar con futbolistas del primer equipo. 

El mayor síntoma de todo esto es que Baraja se vio obligado a exprimir todos sus recursos e inventar soluciones para que su equipo a lo largo del partido pudiera dosificarse y tener cierto refresco en forma de cambios. El primero y más lamativo fue la presencia de Mouctar Diakhaby en el centro del campo, al que hizo rendir fuera de posición bridnándole el rol de ‘todocampista’ que se pasó el partido pisando ambas áreas y haciendo ayudas sin cesar. Las bandas, por su parte, las tuvo que refrescar doblando lateral en la derecha y con un mediapunta del filial (Pablo Gozálbez) en la izquierda. En punta, Hugo Duro no hubiese podido descansar en ningún caso porque literalmente no hay más futbolistas.

Con todo y con esto, el mérito de Baraja fue inmenso porque su planteamiento salió como un reloj y todas las piezas del mismo funcionaron casi a la perfección, porque de otra manera -además de por la expulsión- hubiese sido impensable sacar un triunfo en casa del Sevilla. Quedan algo menos de tres semanas de mercado y que el proyecto del Pipo pueda salir bien, regular o mal depende casi por completo de la gestión que el club haga de ello. Peter Lim debe saberlo. 

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