El año que Vicente asombró al mundo

El puñal de Benicalap se encargó de firmar cada éxito de la máquina de Benítez en el curso del Doblete con el desequilibrio que todo equipo necesita. Héroe en Sevilla y Göteborg

Aquella maravillosa temporada de Vicente

Aquella maravillosa temporada de Vicente

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

El Valencia de Rafa Benítez, campeón de las Ligas 2002 y 2002 y la Copa de la UEFA 2004, se recordará siempre como una máquina perfectamente engrasada. Un bloque de jugadores comprometidos con la causa que dignificó a principios de siglo el valor del grupo por encima del individuo. Así fue como superó en el rectángulo de juego al Real Madrid de los Galácticos, una constelación de estrellas apagadas una a una por las alas de una feroz colonia de murciélagos blanquinegros.

Dentro de ese funcionamiento mecánico, perfectamente animal, la zurda de un joven de Benicalap, Vicente Rodríguez, se encargaba habitualmente de firmar cada obra, cada victoria, con la dosis artística de la que había carecido el equipo en los años procedentes. Regates imprevisibles y centros milimétricos a pierna natural como ya no existen. Quince goles y ocho asistencias en encuentros oficiales que catapultaron ofensivamente al Valencia del Doblete en la temporada 2003/04.

Desde el lugar del ‘11’, pero con el ‘14’ a la espalda, el ídolo del hoy capitán, José Luis Gayà, se convirtió sin discusión, en menos de un lustro, en el gran extremo izquierdo del club en el siglo XXI. A lo largo de todo la historia únicamente Guillermo Gorostiza, ‘Bala Roja’, el cuchillo de la delantera eléctrica puede compararse con el ‘Xiquet’ de Benicalap. Nacido en el distrito 16 de València en pleno verano de 1981, Vicente debutó como valencianista en la campaña 2000/2001 tras haberse formado en el Levante UD.

Su trayectoria se dividió en dos etapas. La primera, brillante con un gran rendimiento y continuidad en las alineaciones, culminó con los títulos de 2004, a los que debe añadirse la Supercopa de Europa de finales de agosto, conquistada en Mónaco frente al Oporto. La segunda, sin embargo, fue un calvario de las lesiones, en especial, en el tobillo izquierdo. Sobre todo, durante cuatro años hasta 2008, año en el que sufrió también con Ronald Koeman en el banquillo.

Vicente Rodríguez fue la luz en el ataque del Valencia de Benítez. Con el zurdo de oro a pleno rendimiento, además de llevar cuatro importantes títulos al palmarés de Mestalla, el equipo che fue considerado el mejor del mundo en 2004 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS). Más allá del goleador Mista, y las asistencias que el murciano recibió desde la banda izquierda, la docena de goles del valenciano, relanzaron a la fama a un Valencia que terminó la Liga con 20 dianas más que en el título de 2002. De hecho, la dimensión de Vicente se traduce sencillamente en la versión disminuida que ofreció el equipo en los años posteriores a su grave lesión en Bremen (Alemania). 

Los primeros años de Vicente, 38 veces internacional con España, fueron magníficos y su calidad y desequilibrio le permitieron pronto encontrar acomodo en la banda izquierda del Valencia, a pesar de que en los momentos tuvo que competir con dureza con el argentino ‘Kily’ González. La estrella de su zurda vibró como nunca en el curso 2003/04. Vicente marcó los dos tantos más emotivos del Doblete. Uno conseguido en Sevilla, a los 12 minutos, que dio la Liga a falta de dos jornadas del final, y el otro, obtenido en la final de la UEFA Cup ante el Olympique de Marsella en Göteborg (Suecia). En el minuto 45, el valenciano anotó el penalti que provocó Mista enviando, expulsado, a Fabien Barthez al vestuario.  

Poco después, el ‘14’ se marchó a la Eurocopa de Portugal y ganó la Supercopa de Europa. La desgracia llegaría en septiembre de 2004, ante el Werder Bremen, en un partido de Champions que el Valencia, ya de Claudio Ranieri, perdió por 2-1 y en el que él había adelantado a su equipo en el marcador. Allí cayó lesionado del tobillo izquierdo, lo que provocó un cambio de 180 grados en su carrera profesional. El primer diagnóstico hablaba de dos semanas, volvería a jugar en jugar, pero nunca como en 2004, el año en el que el ‘Xiquet’ deslumbró al mundo entero.

El puñal de Benicalap fue elegido como el mejor español de la Liga 2004 y, según FIFA, el mejor extremo del año. Más allá de aparecer entre los candidatos al Balón de Oro, nadie dudada entonces de que Vicente era el mejor extremo zurdo del mundo junto al galés del United Ryan Giggs, a quien en aquel 03/04 superó en juego, títulos y goles.

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