Competir. La consigna se ha interiorizado y así la trasladan cuerpo técnico, jugadores y ejecutivos; en cada discurso, público y privado. También se repite entre la afición. Hay un fin común y no es una cuestión insustancial. Se está construyendo un bloque y se ha resucitado el proyecto. «El objetivo es que el equipo compita, que pelee. No renunciamos a nada. Nos marcamos un estilo y no renunciamos a ello». Esas fueron las palabras de Mateu Alemany Mateu Alemany tras el cierre del mercado. El último día completó la cesión de Gonçalo Guedes y Andreas Pereira Gonçalo Guedes y Andreas Pereira, como estaba previsto. Mientras hubo opciones se intentó la contratación de un delantero. El refuerzo queda pendiente, con una idea clara: producir un salto de calidad.

Marcelino y Mateu Alemany armaron una hoja de ruta y la han seguido hasta el final. Siempre han hablado de perfiles claros, adecuados a una forma de jugar y a unos valores: compromiso, exigencia en el trabajo diario, hambre por triunfar en el Valencia Valencia y calidad. Alemany lo ha dejado claro: «Muchas cosas han cambiado. No solo en futbolistas, también en conceptos y filosofía. Luego, los resultados nos darán la razón o no». Por ahora, victoria ante la UD Las Palmas y empate con sensaciones de «hemos vuelto» ante el Real Madrid en el Bernabéu. Es un buen comienzo.

Con poco margen para invertir, el club se ha esforzado en contratar refuerzos de alto nivel. Mateu Alemany ha hecho ingeniería de mercado. Guedes ha llegado del París-SG, Neto de la Juve, Andreas Pereira del Manchester United, Kondogbia y Murillo del Inter de Milán, Gabriel del Arsenal... No todo son banquillo de otros grandes. Al contrario, Murillo y Kondogbia iban a ser futbolistas importantes en la estructura del Luciano Spalletti. Pese a las dificultades económicas y la debilidad en el mercado -con muchas cesiones y traspasos a bajo precio- el Valencia ha saneado la plantilla, que era la prioridad absoluta. Se han producido dieciséis salidas (más Piatti y Yoel), se han hecho siete fichajes, han vuelto Rúben Vezo y Rober y se han promocionado a cuatro chavales del filial: Lato, Nacho Vidal, Nacho Gil y Javi Jiménez, que alternará Mestalla y primer equipo porque Marcelino lo quiere tener cerca. La mezcla parece destinada a impulsar una explosión competitiva. El Valencia ha ganado en velocidad, calidad, físico, intimidación, categoría, ambición e identidad. Se han rechazado muchos ofrecimientos y se han descartado a los jugadores que tenían dudas cuando el Valencia les llamó.

Siempre se puede mejorar, pero Marcelino dispondrá en su temporada uno de plantilla con recursos importantes y variados. La intención ha sido que todas las piezas encajen, terminar con la colección de cromos sin patrón. Un poco de experiencia, una buena dosis de juventud y futbolistas capaces de rendir en distintas posiciones; la versatilidad forma parte del ADN de muchos futbolistas. Hay dos jugadores por posición, con el hueco en la delantera -que pueden cubrir Guedes o Nacho Gil- y el vacío en la medular producido por la cesión de MedránMedrán.

Carlos Soler y Andreas Pereira, destinados a arrancar desde fuera, opositan a la sala de máquinas donde mandan Kondogbia y Dani Parejo. Soler ya jugó ahí ante Las Palmas. Es una señal. Maksimovic representa la cuarta-tercera vía. Gayà cuenta como interior. Lato entiende su función y puede actuar en los dos laterales. También Vidal o Montoya. Los dos últimos fichajes podrían encajar para cualquier posición del ataque. Lo mismo sucede con Orellana, que continúa por ahora, pese a no ser del gusto del cuerpo técnico. La plantilla es corta con la idea de que todos se sientan importantes y haya espacio para la gente del Mestalla.

Construir desde la base

Uno de los objetivos era mejorar el eje de la zaga -por calidad y estructura- para reducir el número de goles encajados. Murillo, Gabriel y Garay son centrales de primer orden. Jeison y Paulista tienen velocidad y eso permitirá defender lejos del área propia. Las bandas también están bien cubiertas. El Valencia de Marcelino está pensado para acosar, robar y atacar rápido, para correr y contragolpear. Hay elementos de nivel para dominar las transiciones. La idea de juego está clara desde el primer día. Orden en defensa y orden en ataque. Marcelino trabaja para mecanizar el repliegue y el despliegue.Nueva línea de liderazgos

El contexto y el marco de trabajo que ha está levantando Marcelino está destinado a potenciar el rendimiento de futbolistas que parecían descuadrados. El mejor ejemplo es Rúben Vezo, lesionado en su mejor momento desde que llegó a EspañaRúben Vezo. En el caso de talentos como Carlos Soler es difícil ponerles techo. Marcelino es una oportunidad para todos y todos son una oportunidad para Marcelino. Además, el míster asturiano se ha mojado por futbolistas como Parejo, Rodrigo o Montoya. En el caso de Parejo, la apuesta es muy potente. Incluso ha renovado su capitanía. El jugador está empeñado en devolver esa confianza con rendimiento y le ha señalado como un técnico fundamental en su trayectoria. Una estrategia win-win para todas las partes. Geoffrey Kondogbia asoma como un complemento ideal en la medular e inyectará el físico que reclamaba la medular.

Dentro de la nueva línea de liderazgos, también hay un lugar reservado para José Gayà. El pedreguero está ante una temporada de inflexión. Si todo acompaña podría llegar a la selección española. El espíritu y la mentalidad del grupo también se ha fortalecido. Todos tienen espacio para crecer y se han impregnado de la ambición que traslada el proyecto. En el Bernabéu, después de encajar un -tras un error-, el equipo aguantó enteró y reaccionó hasta ponerse 1-2. Pudo perder, pero también ganar. Faltaban Gabriel, Garay, Guedes y Pereira. El margen de mejora es claro, pero para ser la jornada 2 hubo ritmo, intensidad y buenos movimientos tácticos.

Mejor, partido a partido

Hay plantilla para pelear por Europa, sin ponerse límites. Además, cuenta con una ventaja respecto a sus rivales directos. No tiene Europa y eso le permitirá prepararse semana a semana, pensar partido a partido, otra de las consignas fundamentales que repite la plantilla.

Meriton ha conseguido resucitar el proyecto desde la lógica y el fútbol, justo lo que aportan Mateu Alemany y Marcelino. Todos trabajan coordinados y con autonomía. Anil Murthy también suma y Peter Lim ha aparecido para facilitar refuerzos (Pereira y Guedes), no para vender jugadores. La primera piedra de la reconstrucción se puso con la elección del nuevo director general (con poder ejecutivo auténtico), encargado de apostar por Marcelino. El asturiano ha encontrado una escena a su medida, donde tiene poder de decisión y se siente fuerte. El míster quiere hacer historia en el Valencia y trabaja para devolver al club al lugar que le corresponde. Ese es su gran objetivo. Marcelino ha marcado una línea, los futbolistas creen en su discurso y van a una. También lo ha detectado Mestalla. Todo encaja y tiene herramientas para competir a lo grande.