Mateu Alemany se enfrenta cara a cara con la crisis. El director general del Valencia CF comparece hoy al mediodía ante los medios de comunicación para tranquilizar al entrenador, a los jugadores y concienciar al valencianismo de que en este momento no puede caer en el espíritu autodestructivo. Mateu aparece para contrarrestar la ansiedad y ejercer de pegamento para tapar cualquier grieta. SUPER ha tenido acceso a las líneas maestras del ejecutivo balear, que sale con la misión de apaciguar el entorno con un discurso destinado a generar un contexto favorable concentrando el foco en que es momento de ganar más allá de distracciones, de guerrillas, de Marcelino, de Batshuayi, de la Curva Nord, de Longoria... Por encima de todos está el Valencia CF y el Valencia CF necesita resultados como el comer. La situación es límite. En la cúpula del club son plenamente conscientes de que la temporada se ha complicado y en cinco días -del sábado al martes- el equipo juega dos partidos en Mestalla para coger aire, en los que tiene la oportunidad de sumar 3 puntos vitales y remontar la eliminatoria contra el Sporting para plantarse en los cuartos de final y quedar a solo dos pasos de una final de Copa. Los rivales son asequibles pero no hablamos de condiciones normales. Mateu nunca ha pedido la colaboración de la afición porque cree que el retorno llega de forma natural cuando el equipo hace méritos para ello pero en el club existe una enorme preocupación por cómo se diluye el Valencia CF ante la presión. Su intención es resaltar el bloqueo y la precipitación que viven los jugadores por el bagaje acumulado y la presión ambiental y recordar que Mestalla, cada aficionado, tiene capacidad para influir en el marcador. El rival es el Valladolid. No quiere hostilidad contra el Valencia.

El valencianismo, entiende, tiene que jugar en contra del rival y la intención del director general es concienciar a la afición para ayudar a no convertir cada acción en un juicio sumarísimo porque el equipo en este momento es especialmente frágil en términos mentales y necesita una mano para recomponerse y sumar, tal como se ha visto contra el Huesca, el Alavés, el Sporting... La clave es no dar facilidades al rival, que vendrá decidido a aprovecharse de la debilidad y generar un ambiente que intimide a los visitantes. Es por lo tanto el momento de Mestalla, donde el equipo se ha dejado el 56% de los puntos disputados hasta la fecha. La afición siempre a lo largo de su hisitoria se ha unido para salir con el escudo por delante cuando le ha visto las orejas al lobo pero consideran en el Valencia CF que no hace falta llegar a ese extremo para plantearse un ejercicio de madurez. El diagnóstico a nivel interno, en cualquier caso, está en marcha. Una cosa no quita la otra. De hecho, aunque la intención del director general es proteger al entrenador Mateu no puede garantizar la continuidad del asturiano porque tiene un ultimátum y su futuro depende de algo que está muy por encima de su figura, de la del presidente y de la propiedad. Se trata de la ley del fútbol, es decir, los resultados. En este sentido, la derrota en Gijón ha cambiado el paso pero su futuro, defienden en el club, en ningún caso dependerá de si hay bronca o no en Mestalla.

Generar mal ambiente o pagar la frustración con el técnico servirá de poco, la decisión será cien por cien deportiva. Más allá de la rotundidad con la que defienda el director general la continuidad del entrenador -ese será uno de los puntos clave de la comparecencia, aunque está claro que Mateu no puede ser tan firme como hace unas semanas, cuando se mojó con aquello de «pase lo que pase contra el Huesca Marcelino seguirá y seguirá y seguirá»- las urgencias obligan a focalizarse en el corto plazo y a ganar. Balaídos por ahora queda muy lejos; concretamente a nueve días. Vienen dos partidos clave para aliviar la situación. Si Marcelino tiene que ser destituido, los resultados pesarán sobre sus hombros a la hora de la verdad pero ganar es clave para el Valencia CF... Con el asturiano o para que los resultados los recoja otro entrenador. Ese es el eje de un discurso en el que además habrá margen para valorar el mercado de fichajes, el 'Caso Batshuayi', la venta de las parcelas, el Nuevo Mestalla...