Vacunen a los futbolistas

Comparen la política de personal y la administración de los recursos que ha hecho...

Vengo de vacunarme. Privilegios de vivir en Nueva York. Aquí la vacunación está ya abierta a todos los mayores de 16. Han leído bien: 16. No 160, que es la media de edad de los vacunados en España. Ayer entré a la página web habilitada para estos menesteres, había 18.000 citas disponibles en docenas de emplazamientos. Reservé hora para hoy - escribo esto el miércoles 7 de abril-. Universidad Estatal de Nueva York, un campus espectacular en Queens. El ejército ha habilitado una carpa del tamaño de un pabellón de baloncesto. Un enjambre de personal sanitario, suficiente para cubrir turnos en tres hospitales valencianos. Ni un minuto de espera. Llegas, te identificas, una señorita te acompaña y en cinco minutos ya te han pinchado. Tengo 49 años, mis padres viven en España y se acercan a los 80. Siguen esperando su turno y no tienen ni idea de cuándo los vacunarán. «Cuando ellos quieran», sentencia mi progenitora, resignada. Y uno tiene que aguantar a los que dicen que como en nuestro querido país no se vive en ningún sitio. Como si vivir bien se cuantificara en tomar cañas, tostarse al sol y bailar sevillanas.

¿Dónde está Varane?

Esto es, por fortuna, un periódico deportivo. Vamos a lo nuestro. Ayer me dispongo a ver el partido del Real Madrid. Oh, sorpresa: Varane se queda fuera porque ha dado positivo en ya saben qué. Cuartos de final de Champions. Partido que habrán visto unos 800 millones de personas. En muchos países del mundo, cerrados a cal y canto, lo único que lleva algo de alegría a la gente es el fútbol. Y el Madrid se queda sin una pieza esencial ¡porque el chico aún no está vacunado! Entenderán que, desde la distancia, sea una situación que se antoja ridícula. Estados Unidos ya garantiza inmunización hasta a los estudiantes de secundaria y mañana Messi, el deportista mejor pagado del mundo, puede perderse un partido porque la Unión Europea ofrecerá vacunas a su franja de edad como pronto a principios de 2022. O de 2032, todo es posible. No tiene sentido.

1000 vacunas

El público ya ha regresado a los estadios americanos. De momento, con aforos parciales, pero esto va como un cohete, de modo que en pocas semanas estaremos a pleno rendimiento. Eso sería mucho pedir tal como van las cosas en España, pero no creo que sea descabellado pensar en vacunar de una vez a todos los futbolistas de primera división. No están en primera línea en la lucha contra el covid, pero sí lo están en la lucha contra el aburrimiento, que mata a bastante más gente que cualquier pandemia. Una de las cosas que te enseña el vivir a este lado del Atlántico es el enorme valor que tiene el ocio, el uso que haces del tiempo libre. El ocio es sagrado y debe ser reivindicado. Con 1000 vacunas tienen a toda la Liga cubierta y no estaríamos con situaciones absurdas como la de Varane. Y sí, habría que vencer las reticencias de los de siempre, pero, como diría Tito Bau, piénsenlo bien. Pocos servicios hay más esenciales que los de los futbolistas. Y si quieren, para contentar a Juanma Romero, metan en el paquete a los del baloncesto ¡Será por un puñado de vacunas más!

Zidane no es Gracia

Y no me puedo resistir a hablar del Madrid. El club lo tiene todo fiado a su nuevo estadio. Ha recortado plantilla. A Zidane le queda lo justo para mantener el nivel con el agua al cuello. Y no hace más que callar bocas. Al Liverpool le dieron un repaso espectacular. Terminan la temporada en su mejor momento como equipo, igual que ha sucedido siempre antes con el francés al mando. Comparen la política de personal y la administración de los recursos que ha hecho Zidane con lo que ha sucedido en el Valencia con Gracia. En franjas de objetivos distintos, las situaciones son comparables. En Madrid hay entrenador. En Valencia aún no sabemos qué hay.