Vacúname otra vez...

Ha habido unos cuantos positivos en todas las selecciones, con cambios de futbolistas, pero parece que para España es una tragedia (griega). No hagamos de todo una guerra

Juan de Dios Crespo

Juan de Dios Crespo

Si, y no abrázame, como aquella canción melódica que casi nadie recuerda. Y viene a cuento de la dichosa vacunación de la selección española de fútbol, que ha puesto a todos en guardia. Desde una diputada de Podemos, que basa todo su argumento negativo, en que es «un grupo de once hombres dando golpecitos a una pelota», hasta quienes pedían que se vacunaran todos los futbolistas antes de ser incluso citados, hemos visto y oído de todo.

La señora diputada, sin embargo, no puso ningún énfasis cuando ya se han vacunado casi mil miembros de la representación española que va a viajar a Tokio, olímpicos y paralímpicos, deportistas, técnicos, entrenadores y hasta periodistas. Y es lo que tiene no querer al deporte... Señores y señoras del Congreso, sepan de qué hablan antes de darle a la húmeda.

Además, a los que, como yo, le «dábamos al balón» desde nuestra tierna infancia, en las eras del pueblo o en las calles de la ciudad (sí, se jugaba en las calles...) nos intenta rebajar intelectualmente, cuando Miguel Hernández escribió su ‘Elegía al guardameta’ o Rafael Alberti su ‘Oda a Platko’. Tendrían algunos/as que revisar su biblioteca antes de soltar prendas sin sentido.

En fin, que por un dichoso PCR o dos, la selección puso a todos en alerta y la dicotomía que nació era ya: pro o contra la vacunación de los valientes futbolistas que van a representar a España. A estas horas, parece que un 65% de los encuestados (¡qué veloces fueron las empresas del ramo!) sí quiere que se les vacune. Y así ha sido, unos con Janssen (una dosis) y otros con Pfizer (quienes ya sufrieron el virus), por lo que estarán prestos dentro de unos días (parece que 14).

Todo ello se podía haber evitado, vacunando antes, como lo han hecho unas diez selecciones, con diverso éxito ya que los italianos estaban obligados mientras que otros, franceses, belgas u holandeses, tuvieron posibilidad de elegir (y alrededor de un cuarto no lo ha hecho) y, finalmente, unos cuantos países ni se lo plantearon, los nórdicos y centro-europeos así como nuestros vecinos portugueses. El Reino Unido, con tres selecciones, como Inglaterra, Escocia y Gales, sigue un estricto régimen que hace que, siendo jovenzuelos, no se les vacunará sino a su debido tiempo.

Ha habido unos cuantos positivos en todas las selecciones, con cambios de jugadores pero parece que, para España, todo es una tragedia (griega) y, en vez de como Suecia, solo trocar futbolistas, se planteó (ya tarde) la vacunación masiva. Bienvenida sea, pero no hagamos de todo y cada cosa un casus belli, porque parece que estemos siempre guerreando por cualquiera cosa, acechando el mínimo error o planteamiento, como si todos (incluso los quejosos) fuéramos perfectos.

Tengo amigos que no se quieren vacunar, por temor, otros que desean que se les adelante la cita para presentarse ya al pie del aguijón anti-covidiano, y yo, que tengo una ‘zeneca’ y que espero pacientemente la otra. Con la que ha caído y está cayendo, dejemos a la selección vacunarse, con o sin errores y cuantos más seamos, mejor.

Y cantemos al ritmo de ‘abrázame otra vez’ ese nuevo ripio de ‘vacúname otra vez’, también a la selección... Y, para quienes puedan obtenerlo (es un libro ya agotado, creo), recomiendo ‘El maravilloso mundo del fútbol’, del lejano 1976, que, justamente en su última página tiene una foto del equipo español que se preparaba para la clasificación del mundial de Argentina 1978, titulada ‘presente y futuro’, con melenas y bigotes que hoy vuelven a estar de moda. Si pueden, háganse con él y, si no, disfruten de la Eurocopa. Salud a todos.

En fin, que por un dichoso PCR la selección puso a todos en alerta.