Por las buenas o por las malas

El Levante, desorientado y malherido después de haber recibido múltiples y distintos reveses que le han hundido en el fondo de la clasificación, tiene la obligación y la responsabilidad de empezar a enmendar todos los errores que le han llevado a una situación de difícil explicación. Una vuelta sin conseguir ni una sola victoria da para meditar, buscar explicaciones, señalar con el dedo con la finalidad de encontrar culpables y reflexionar sobre cuál es el rumbo de un equipo que, a día de hoy, es una auténtica incerteza. Sin embargo, el tiempo corre y la reacción no contempla lamentos. El Mallorca, rival que abrirá fuego al segundo asalto de la competición liguera, le otorgará al conjunto levantinista no solo la enésima oportunidad de ganar, sino de empezar con buen pie un tramo decisivo, en el que se definen los objetivos y en el que no importa lo ocurrido en el pasado. El resultado que se dé no será definitivo, pero sí marcará un antes y un después. Sobre todo en caso de victoria, para mirar al futuro con la sensación de que, mientras haya vida, hay esperanza por muy cuesta arriba que esté actualmente el objetivo de la salvación.

"Entre comillas, todos los jugadores están en el mercado"

No obstante, el Levante deberá convencer a su público desde el inicio si no quiere que el ambiente del Ciutat de València le dé la espalda. La afición granota, caracterizada por no dejar nunca de lado a los suyos, aterrizará en el feudo de Orriols con el rencor y el dolor de haber vivido uno de los días más críticos en la historia del club. Una derrota por cinco goles a cero ante el Villarreal en el que el equipo destacó por su pasividad y falta de actitud. Motivos que impulsaron, a más de un centenar de seguidores, a pedir explicaciones a los jugadores cuando regresaron de La Cerámica y a Quico Catalán a pedirle a la gente que no desfallezca ni dejen de apoyar a los suyos, aunque poniendo su cargo a disposición del levantinismo a final de curso al ser consciente del panorama actual.

Altas y bajas para el Levante - Mallorca

Sin embargo, será un enfrentamiento en el que imperará la necesidad. El Mallorca, aunque esté fuera de posiciones de descenso, no viaja a València vistiendo sus mejores galas. Su penúltima victoria en LaLiga Santander fue, precisamente, contra el Levante en Son Moix, coincidiendo con el instante en el que el proyecto de Paco López se consumó y en el que el club fue a la deriva. Su última fue, de manera prestigiosa, en el Wanda Metropolitano, pero en las últimas once jornadas, solo ha ganado un partido. Datos que producen escalofríos en las islas, al igual que las ausencias con las que aterrizarán en el choque. Luis García, ilustre e histórico exentrenador del Levante, no podrá contar con Baba por estar concentrado con Ghana para la Copa África, Dani Rodríguez por sanción, ni con Ángel Rodríguez ni Kang-in por motivos que el club bermellón no ha hecho oficial. No en vano, el técnico madrileño recupera al delantero estadounidense Matthew Hoppe tras varias semana de baja por lesión, al igual que a Take Kubo, quien no estuvo disponible contra el Barcelona.

Recuperados tras sanción

Por otra parte, Alessio Lisci suma también tripulantes a su barco. Soldado y Pepelu, al que etiquetó en sala de prensa como «un jugador importantísimo», están listos después de cumplir sanción ante el Villarreal, a la espera de una alineación sobre la que el italiano comentó que «los que no jueguen no serán los señalados del partido de Villarreal. No han perdido el partido los que no van a jugar. Este mensaje no tiene que pasar. Los que no jueguen este sábado será por muchos motivos. No quiero que se señale a nadie». No obstante, el Levante apurará para poder contar con José Luis Morales, quien tras dar positivo antes del Villarreal, entra en los parámetros para dar negativo y vestirse de corto. Participe quien participe, la urgencia de vencer al Mallorca no sufre modificaciones. Por lo civil o por lo criminal. Por las buenas o por las malas.