Fútbol

Ni Vilda da el nivel ni las jugadoras dan la talla

Estrepitosa derrota de la selección femenina de fútbol ante Japón (0-4) que señala al seleccionador como principal culpable, pero confirma que ni Alexia Putellas, Bonmatí o Jenni Hermoso tampoco han estado a la altura

Imagen del partido entre Japón y España.

Imagen del partido entre Japón y España. / RFEF

Fermín de la Calle

Japón ha goleado a España en un partido que deja varias conclusiones. La primera, el nivel de una selección que ni era tan buena tras golear a Costa Rica y Zambia, dos rivales menores, ni ahora es tan mala tras ser laminada por las niponas. Este resultado concluyente servirá para rebajar la euforia que rodea a un España que no pertenece a la aristocracia del fútbol mundial, ni tan siquiera a la clase media, como evidencia el no haber pisado una semifinal de un gran torneo.

Japón, rival superior

Para empezar Japón no es un rival cualquiera. Campeona del mundo en 2011, plata en los Juegos Olímpicos de 2012 y subcampeona del mundo en 2015, España tiene un largo historial de derrotas con estas mismas jugadoras en categorías inferiores. En 2014 en el Mundial Sub-17 de Costa Rica cayeron (0-2), en la misma cita y categoría dos años después cayeron en Jordania (0-3), en la final del Mundial Sub-20 en Francia (1-3)… Así que la derrota entraba dentro de lo posible, por más que la selección y su entorno vendiesen lo contrario. La goleada, sin embargo, hace mucho daño.

Vilda no está a la altura

El partido deja un primer señalado, el seleccionador Jorge Vilda. El planteamiento del nipón Ikeda Futoshi fue impecable: un equipo al que le gusta tener la pelota y salir tocando eligió agazaparse atrás y salir con contras para penalizar la vulnerabilidad defensiva española. Cuatro contras, cuatro goles. Vilda evidenció que le venía grande el partido y no disponía de plan B, confirmando así las acusaciones de su falta de jerarquía por parte de las jugadoras que motivaron en su día el famoso motín, El técnico no está a la altura y Japón lo dejó claro con este repaso futbolístico.

Las jugadoras no dan la talla

Las otras señaladas son las propias jugadoras. Se ha disparado el ‘hype’ de un grupo que tiene nombres internacionalmente reconocidos como Alexia Putellas, Jenni Hermoso, Aitana Bonmatí o Irene Paredes. Jugadoras que ha rendido a enorme nivel en sus clubes, llegando a ganar la Champions incluso (con la inestimable ayuda de estrellas internacionales), pero que a nivel de selección no han demostrado ser un equipo competitivo. Putellas llega después de un año fuera de los terrenos, pero el resto del equipo no ha estado a la altura de lo esperado el día señalado. Hay que ser críticos (constructivamente) también con ellas porque es la única manera de progresar. Ahora se hablará de ausencias como las de Mapi León, Patri Guijarro o Sandra Paños, que sin duda habrían dado más recursos a la selección, pero la realidad es que España es un equipo que celebrará como un éxito pasar su primera eliminatoria en un Mundial.

La burbuja del entorno

El problema es reconocible porque es el mismo que quejaba no hace tanto a la selección masculina. Jugadores de enorme éxito en sus clubes y renombre internacional rodeados de una prensa y una afición entusiasta que les colocaba en las quinielas como candidatos a ganar todo y siempre caían en cuartos. Pero a golpes de tropiezos, derrotas y fracasos se acabó aprendiendo para dar el salto. Una de las claves fue la cantera. Los éxitos en las categorías inferiores y una identidad de juego reconocible, el tiqui-taca, que sacaba rendimiento a las características de los jugadores españoles. La buena noticia para la selección femenina es que las categorías inferiores también han alcanzado el estatus de campeonas y ahora el futuro es halagüeño. Ayer sin ir más lejos las chicas de las Sub-19 ganaban el Europeo en Bélgica ante Alemania en la tanda de penaltis.

El futuro invita al optimismo con esta cantera

Pero estamos en el presente y bueno sería que se analice la situación sin forofismos ni bufandas por parte de todos. Parece evidente que Vilda no es el hombre. Y parece claro que la humildad es el camino. No se puede ser candidato a ganar el Mundial, como hemos leído repetidas veces antes de esta Copa del Mundo, cuando nunca se ha pisado un cuarto de final. Si se logra será bien recibido, pero para correr primero hay que aprender a andar. Y esta selección femenina, que tantas barreras están derribando, está empezando a caminar. Como decía Michael Robinson hay que “fracasar más y fracasar mejor”. Este (0-4) ante Japón es parte del camino de aprendizaje para este equipo y para el entorno que le rodea, tan entusiasta como dañino a veces. Ahora toca cambiar el chip y tratar de superar el cruce de octavos. Ya habrá tiempo luego de depurar responsabilidades y poner nombre a las cosas.