Mascletà

La unión para defender al Valencia es lo único que vale. Lim llegó porque Mestalla estaba dividida y cuando ha visto la reacción a sus provocaciones ha reculado e incluso fichado

Joan Carles Martí ok

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Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

El valencianismo es pura pirotécnica. Nadie lo podrá cambiar. Un ADN exclusivo que solo puede mejorar, como demuestra la ciencia cada día. Unos reclaman más unión, otros una constante crítica saludable y algunos una refundación. Como en las familias, hay alegrías, penas y desgracias, pero son intocables a los ojos ajenos. 

Siento admiración por el fútbol inglés desde que vi hace muchos años mi primer partido internacional en Mestalla contra el Leeds United. De aquel encuentro solo tengo un vago recuerdo de la velocidad de un jugador menudo ante los gigantes defensas ingleses. Era Claramunt, pero sí que conservo una clara memoria de los aficionados del Leeds en la general de pie norte que no pararon de cantar –“Glory, glory Leeds United / We’re the greatest football team in all the land”- antes, durante y después. 

«Somos el equipo de fútbol más grande de toda la tierra», dice el himno del Leeds donde se menciona a jugadores de históricos rivales             -Manchester, Liverpool y Arsenal-, pero reafirman que su fuerza es el grupo. Aquella visita fue tan instructiva que hizo interesarme por el inglés y desde entonces mi equipo en la Premier es el Leeds. También visten de blanco y se fundó en 1919. 

Lo sigo cada semana, incluso cuando bajaron. Hace poco estuve en Leeds en día de partido, contra el Everton de Rafa Benítez. Era a las 16.00 h., pero desde las 11:00 la marea blanca se dejó sentir por toda la ciudad, pese a la lluvia. Era el primer encuentro postpandemia en Elland Road, donde no cabía ni un alfiler. Terminó 2-2, donde el equipo de Bielsa siempre fue detrás en el marcador, que igualó el brasileño Raphinha, la estrella del equipo. A las 23:30 h. todavía había gente celebrando el empate.

El Leeds, como la mayoría de clubs de la Premier, son propiedad de magnates. En este caso se trata del italiano Andrea Radrizzani, un empresario que ha montado un imperio a través de los derechos de televisión deportivos y al que se le relacionó con un cierto interés por comprar el Valencia. Pero Radrizzani como el resto de propietarios en la Premier tienen claro que nunca pueden ir contra los intereses de sus seguidores, que a la mínima protestan, como cuando se intentó la SuperLiga.

La capacidad de unión para defender la centenaria historia del Valencia es lo único que vale. Lim llegó porque Mestalla estaba muy dividida y cuando ha visto la capacidad de reacción a sus provocaciones ha reculado, e incluso fichado. Por cierto, no vi jugar a Hélder Costa, que estaba en el banquillo junto con Rodrigo Moreno, una pieza clave para que Costa viniera.