Guedes

El portugués tiene una ocasión única para demostrarnos que ha vuelto por la puerta grande, esa que le hizo salir de su Benfica al PSG para recalar luego en Mestalla

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Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

El fútbol es una montaña rusa donde cada viaje también es una aventura. Qué se lo digan a Jaume Costa. Tengo cadencia por los obreros del balompié, esos jugadores que completan su vida laboral en varios equipos. Además, su caso, de ida y vuelta entre el Valencia y el Villarreal, tiene una significación especial por la trayectoria de los clubes vecinos en los últimos años. Nadie como él para realizar una radiografía de la planificación deportiva de uno y otro. El tiempo dirá dónde estaba la razón.

Y en eso el Madrid llega a Mestalla con el valencianismo subido en lo alto de la mejor atracción del parque temático. Con un equipo reconocible y un director de orquesta que saca lo mejor a cada instrumentista. No recuerdo el tiempo que hacía que no había tanta expectación positiva para enfrentarse al eterno rival, al que se añade la vuelta al campo de muchos desde el maldito confinamiento. Por tanto, todos los ingredientes servidos para disfrutar un buen partido y resultado.

Llega pronto el Valencia-Madrid, para mi gusto, porque ya me gustaría que nos disputáramos el liderazgo a falta de dos jornadas para el final. Pero la máquina de Bordalás está engrasada. El foco está en el trío Gayà-Soler-Guedes. De los valencianos siempre hay que esperar su gran entrega. Confianza total. Así que espero mucho del portugués, un futbolista que nos embobó en su primera temporada en Mestalla, hace ya cuatro, y que luego se apagó producto de las lesiones y esa ‘saudade’ portuguesa.

La ‘saudade’ es una expresión lusa de difícil traducción, pero hace referencia a un estado próximo a una melancolía consciente, de la que se desea salir tras una sucesión de acontecimientos negativos inesperados. En el caso de Guedes por la ausencia de ese buen juego que desapareció. 

Hemos visto lo mejor y lo peor del atacante portugués. Un futbolista capaz de revolucionar un partido con sus carreras por la banda, por el centro y por el área. Tengo grabadas muchas jugadas por el carril izquierdo donde ha sido incapaz de ponerse de acuerdo con Gayà y encima recriminárselo en el campo. Pero también goles imposibles.

Necesitamos la mejor versión de Guedes, y él tiene una ocasión única para demostrarnos que ha vuelto por la puerta grande, esa que le hizo salir de su Benfica al PSG para recalar luego en Mestalla. En sus botas está nuestra felicidad.