Paco López, hazlo otra vez

Mallorca debe ser el punto de inflexión en resultado, juego y sobre todo en imagen. A sentirse poderoso en su filosofía

Paco López

Paco López

Juanma Romero

Juanma Romero

Se ha hecho larga la semana. La visita de este sábado a Mallorca puede marcar un antes y un después en la historia reciente granota. Más allá de los resultados, que no están siendo buenos, las sensaciones, esos detalles que marcan el estado de salud del equipo, alertan de una panorama peligroso. El Camp Nou escenificó la peor cara de un Levante irreconocible. Un bloque falto de alma, ausente de espíritu, lejano al virtuosismo y totalmente opuesto a ese descaro que tanto encandiló hasta hace bien poco. No asomarse a la victoria después de tantas semanas escuece y el alargamiento de esta agonía no puede quedar sin consecuencias.

Pese a que Quico Catalán nunca se ha cansado de decir que la figura de Paco López está más que sólida, el envejecimiento deportivo de la figura del entrenador va camino de ser irreversible. Esas señales que antaño se veían y podían invitar a la reacción están casi extinguidas porque en el campo no se han apreciado. La responsabilidad está en el banquillo, pero tampoco hay que obviar que la respuesta también debe darse dentro del terreno de juego. Los futbolistas han descendido su nivel y de sus botas, también debe nacer la regeneración.

El capricho de todo esto es que mañana habrá un reencuentro con Luis García Plaza. Nunca ha escondido el actual técnico bermellón su cariño hacia el Levante y curiosamente puede ser juez y parte de un señalamiento descarado a su rival mañana, Paco López. García Plaza sacó el máximo jugo, allá por el 2008, a un club que había estado a punto de fondear en medio de sus deudas. En tres años cimentó a un Levante que llegaría posteriormente a pasear su nombre por el continente con Juan Ignacio Martínez. 

No es reprochable aunque sí una evidencia que dejó el club por dinero. El Getafe de Ángel Torres apostó por él, y se vio empujado a pagar su cláusula tras ofrecer una rueda de prensa emotiva de despedida. 

Las circunstancias han cambiado mucho desde entonces aunque en la última campaña de Luis en Orriols la primera vuelta parecía condenar a un descenso cantado a la categoría plata. Ese año, se decidió apostar en una jugada de cierto riesgo, por la continuidad. Salió cara. El Levante certificó con relativa solvencia la permanencia con unos números de equipo europeo.

Imagino que ahora mismo en las oficinas del Ciutat ese recuerdo también perdura con la ventaja de conocer aún más a un Paco López, acostumbrado a arremangarse y a encontrar una solución donde casi nadie la vez. Sería el momento de transmitirle, «Paco, hazlo otra vez». Aunque la corriente empuja a la contra, cerrar filas, y lanzar un mensaje de apoyo y confianza es lo más inteligente. Eso es lo que hizo Quico esta semana acercándose al entrenamiento para transmitir que el grupo no está solo.

Esto no esconde que Paco López ya tiene marcada su fecha de caducidad. Sería ventajista decir ahora que ya en verano debería haber salido, pero un entrenador que ha dado tanto al club, merece cumplir lo firmado y pactado. Para la 22-23 será otra historia, el momento de buscar una recambio para el mejor entrenador que ha pasado por Orriols. Una tarea complicada.

Mallorca debe ser el punto de inflexión en resultado, juego y sobre todo imagen. El Levante debe volver a sentirse poderoso en su filosofía, madurar su fe y principalmente ganar. La primera que caiga debe traer consigo una losa quitada y un impulso para concatenar varias. No es un cuento de la lechera, es la evidencia de esos precedentes de otros años. Y es que quien tuvo, retuvo, y ahora es cuando más hay que apostar. Cuando esto pase será el momento de sacar conclusiones, criticas y pedir responsabilidades. Todo llegará, aunque aún no es el momento.