Sushi judicial

Las demandas anunciadas esta semana contra Salvo y Aurelio tienen bastante recorrido judicial porque Jaime Navarro es uno de los mejores abogados contra los todopoderosos

Luis García con la camiseta del Mallorca

Luis García con la camiseta del Mallorca / EFE

Joan Carles Martí

Joan Carles Martí

Estaba todo hecho para que Luis García Plaza fuera entrenador del Valencia. Algunos papeles estaban redactados y el acuerdo era inminente. El presidente Manuel Llorente citó en su casa a Unai Emery para comunicarle la decisión, pero en un inesperado giro de guion tras varias horas de reunión con Braulio Vázquez de testigo, el vasco salió de madrugada con la renovación de su cuarta temporada la 11/12. García Plaza salió de Orriols para entrenar al Getafe, tras tres magníficas campañas en el Levante. Ni una media palabra, ni tampoco hubo ningún desprecio, el madrileño es de la mejor gente que hay en el fútbol español. De eso hace diez años, cuando José Bordalás entrenaba al Elche, al que devolvió la mentalidad ganadora y casi estuvo a punto de ascenderlo a Primera.

Esa década que parece medio siglo ha consolidado a Bordalás como un buen técnico, también a García Plaza tras un periplo internacional que lo ha llevado por la península arábica y China. Nunca sabremos como le hubiera ido al ahora preparador del Mallorca en Mestalla, pero igual que su rival en el banquillo de hoy, sabe lo que significa el Valencia y eso siempre es un punto positivo.

Será mi primer partido a las 14.00 horas. He ido al campo en alguna matinal pero a la hora de la paella nunca. El mercado asiático manda, y el concurso de Kang In y Kubo (hoy baja) hacen que el conjunto mallorquín tenga unos horarios de locura. Eso para aquellos que todavía no se creen que la televisión manda en el fútbol.

Querellas. Desde hace meses nadie defiende ya a Peter Lim. El máximo accionista del Valencia está en su peor momento, pero a él y a sus empleados de aquí les da lo mismo. Pero eso ha dejado desnudos a los que dieron la cara por él. Las demandas anunciadas esta semana contra Amadeo Salvo y Aurelio Martínez tienen bastante recorrido judicial porque Jaime Navarro es uno de los mejores abogados contra los todopoderosos. La justicia es lenta pero efectiva, y nada se puede descartar. Está demostrado que ambos, junto con la colaboración necesaria de la mayoría de la entonces Fundación del VCF engañaron al valencianismo. El silencio de los dos desde entonces les hace cómplices, pero todavía hay algunos de aquellos patronos que van por ahí dando lecciones de fútbol y moralidad, e incluso otros que se esconden tras un cargo más respetable que su nombre.

La justicia es lenta, repito, pero el tiempo da y quita razones. Los de Singapur supe desde el principio a lo que venían, pero los de aquí que aún sacan pecho por votar a favor de una venta fraudulenta son los peores.