Opinión

Las sábanas de Gayà son para toda la vida

La renovación de Gayà significa mucho para la afición. Es orgullo. Es sentirse aquel adolescente que iba a Mestalla. Es comprarte su camiseta. Es creer en el fútbol de toda la vida. GRÀCIES

La habitación de Gayà

La habitación de Gayà / JM LOPEZ

Gayà abrió las puertas de su casa de Pedreguer a SUPER en verano de 2014. Tenía 19 años recién cumplidos. Solo llevaba cinco partidos oficiales con el primer equipo contra el Llagostera, Krasnodar, Ludogorets, Sevilla y Atlético. Diez años después está a punto de cumplir los 300 convertido en capitán y leyenda viva del club. Su vida ha cambiado. Las cosas importantes de su vida, como la familia, los amigos y su escudo, no.

A sus 27 años, bajo esa barba recortada, sigue estando aquel niño que dormía entre sábanas con escudos del Valencia y soñaba con triunfar en Mestalla cuando sus padres apagaban la luz de su habitación y le daban las buenas noches. Esa ilusión no la perdido. Al revés. Cada día es mayor. Por eso ha renovado. Por eso decidió quedarse.

Porque no se ve con otra camiseta. Ni con otras sábanas. La renovación de Gayà significa mucho para la afición. Es orgullo. Es sentirse aquel adolescente que iba a Mestalla. Es comprarte su camiseta. Es creer en el fútbol de toda la vida. GRÀCIES.   

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