El capitán del Valencia que da sentido a todo

Muy pocos saben el horrible calvario por el que ha pasado Jaume, que pegaba botes de alegría por Gayà y Guillamón

Jaume Doménech, el capitán del Valencia que da sentido a todo

Jaume Doménech, el capitán del Valencia que da sentido a todo / JM López

Toni Hernández

Toni Hernández

Jaume Domènech ya forma parte de la historia del Valencia. Eso ya no se lo quita nadie. La final de la Copa del Rey de Sevilla de 2019, en la que fue uno de los mejores sobre el césped, quedará para siempre en el recuerdo. De nuevo un portero valenciano se volvía a subir al larguero después de conquistar un título como portero titular, por lo que muchos pudieron sentirse identificados con los sentimientos que aquel día desbordaban al bueno de Jaume (algunos privilegiados incluso tuvimos la suerte de disfrutar en persona de ese gran día, el gran día de un gran amigo; pero esa es otra historia).

Este está siendo un año muy complicado para él. Cuando en fútbol se tiene una lesión grave y encima no eres titular indiscutible, tu peso en el vestuario, si es que lo tienes, acostumbra a bajar. En el caso de Jaume ha sucedido todo lo contrario: muchos compañeros y amigos contaban los días para que volviera a Paterna. Días que han sido muchos más de los previstos y que le han tenido sufriendo más de lo esperado. Y que, afortunadamente, terminaron hace ya unas semanas.

Quienes mejor entienden lo importante que es Jaume en este equipo son los entrenadores que ha tenido. Todos ellos. Miroslav Djukic lo tuvo claro en 2013, aunque el momento de forma de Diego Alves por aquel tiempo pudo más. En 2015 a Nuno Espíritu Santo sí que no le tembló el pulso, sin embargo. El caso es que toda una nómina de técnicos, algunos de mucho nivel, lo han querido en sus plantillas. Y varios de ellos como titular. Desde el entrenador serbio han pasado una buena cantidad y basta con repasar sus decisiones en cuanto al portero de Almenara para ratificar lo aquí expuesto. No es solo la palabra de un amigo. Cosa que, por otra parte y como siempre me ha encantado dejar claro, soy. Soy su amigo. Por encima de todo.

Y este verano llegó Gattuso; que el hombre algo de fútbol debe entender. O a lo mejor es que el calabrés está igual de loco que Marcelino, por ejemplo. O que Bordalás. La secuencia fue sencilla. Gattuso llegó y, en cuanto conoció un poco el vestuario, pidió que se renovase el contrato del tipo ese que olía a valencianismo desde lejos y que irradiaba positivismo por todos los poros de la piel. El agente de Jaume no es Mendes, que quede claro. Es Fede Marco, un valenciano de toda la vida, buena gente y conocido por todos.

Pero aún más importante que lo que podían pensar los técnicos que han entrenado a Jaume es lo que sucede en el día a día con sus compañeros. Hace poco fue su cumpleaños y jugadores del Valencia de todas las épocas recientes, de 2013 hacia acá, tipos de máximo nivel, tuvieron un recuerdo para él. Lo citaban con cariño. Y con respeto. La lista era interminable porque, primero, han pasado muchos futbolistas durante este tiempo. Y segundo porque la ascendencia de Jaume es enorme. Y, siendo eso significativo, hay algo que ha pasado recientemente que aún lo es un poco más.

El Valencia publicó un vídeo del momento en que Luis Enrique daba la lista para el Mundial. Un Jaume todavía cojo (de verdad que pocos saben del horrible calvario por el que ha pasado) pegaba botes de alegría sincera y plena cuando se nombraba a Hugo Guillamón y a José Luis Gayà, con quien lleva compartiendo vestuario durante casi una década. Esa noche hablé con él. Espero que no me mate por esto, pero lo tengo que contar. Me dijo esto, textual: «estava en la camilla i m’he tornat loco, que en Guillamón tenia dubtes!». Esas dudas que todos teníamos. Tras el anuncio, el capitán se levantó de la camilla con una pierna KO y fue a abrazar a sus compañeros y amigos.

Un capitán con todas las letras. Un capitán demasiadas veces maltratado y, no obstante, siempre consciente de su situación, siempre con los pies en la tierra. En su terreta. Y es que, como mi amigo también me dijo una vez: «Yo disfruto al máximo cada día en el Valencia, porque estar aquí es un orgullo y una responsabilidad».

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