"Mucho riesgo" es que Luis Enrique continúe

Queda bien aquello de decir que murió con sus ideas, pero esto no era una exhibición de personalidad. Se trataba de ganar partidos. Y Luis Enrique no lo hizo

Luis Enrique, en el estadio Ciudad de la Educación en Rayán, antes del Marruecos-España.

Luis Enrique, en el estadio Ciudad de la Educación en Rayán, antes del Marruecos-España. / EFE

Andrés García

Andrés García

Dijo Luis Enrique que esperar a Gayà era «correr muchos riesgos». 19 días más tarde el riesgo es que siga él como seleccionador. Es lo que pasa por ir «cuesta abajo y sin frenos». Que te la puedes pegar. Y gorda. No haré leña del árbol caído. Para eso ya está la prensa madridista que lleva tiempo esperándolo. El asturiano es un buen entrenador y un mejor gestor de grupos, pero se pasó de valiente. Se lo comió el personaje.

Lo llevó todo al extremo y se empachó de ego. Y de estilo. Impuso lejos de adaptarse y eso casi siempre es sinónimo de error en el fútbol. Siempre decidió mal. Le faltó manga ancha para jugar a algo que no fuera lo suyo. No tuvo cintura para atreverse a convivir con otros líderes o para llamar jugadores diferentes que garantizaran un ‘plan B’.

O para llevarse a alguno de esos delanteros a los que se le caen los goles sin necesidad de dar mil toques antes. Tampoco hizo autocrítica. Solo admitió que se equivocó con Sarabia. Queda bien aquello de decir que murió con sus ideas, pero esto no era una exhibición de personalidad. Se trataba de ganar partidos. Y Luis Enrique no lo hizo. Por cierto, Amrabat jugó infiltrado y Luis Enrique murió al final con un centrocampista de lateral... Fue imposible no acordarse de Gayà cada vez que jugaba la Roja. La Eurocopa espera. Tendrá aún 29 años. ¡A por ella, capitán!  

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