La ‘foto’ de Meriton
Apenas han pasado ocho meses desde que se volvió a la casilla de salida. Y ese proyecto ya es historia
Protesta contra Meriton y Peter Lim ante las oficinas del Valencia CF tras la destitucion de Gatusso / German Caballero
Ninguna de las imágenes del último día del mercado invernal fue de un fichaje. Ni rastro de nadie. Por supuesto tampoco de Saúl Ñíguez, el jugador con el que acabó todo. En la foto salió Voro. O Gattuso despidiéndose. Volvieron a aparecer Layhoon o Solís, quienes junto a Corona tienen hoy una curiosa papeleta ante la prensa y por ende los aficionados. Y hasta asomó la directora financiera, Inma Ibáñez, otra vez a torear con los pagarés.
Aunque sobra donde elegir, los problemas de liquidez vuelven a ser la demostración de lo profunda que es la crisis económica. Algo todavía más doloroso por ser un multimillonario como Lim el máximo accionista. La crisis es total. A nivel deportivo, el vértigo que produce el precipicio del descenso invalida la teoría de que la temporada se haya terminado. Y a nivel social, la manifestación de decenas de valencianistas a las puertas de las oficinas fue el preludio de la de miles en la que se está preparando para el próximo 11 de febrero.
El listón estaba alto, pero ha sido el peor mes de enero que se recuerda. Un cóctel al que se añade la visita este jueves al Bernabéu, un calendario de órdago y semanas absolutamente claves para el presente y el futuro inmediato. Apenas han pasado ocho meses desde que con el cambio en la presidencia se aspiraba a volver a la casilla de salida. Pero ese intento de proyecto ha volado completamente por los aires.
Tras haber quemado vivo al técnico que habría querido ser el Simeone del Valencia, los recientes avances con el Ayuntamiento por el Nuevo Mestalla son del todo insuficientes para camuflar que en realidad no está cambiando nada.
Voro ante el peligro
Si termina la temporada, el Salvador del Valencia será el tercer entrenador con más partidos dirigidos en la era Meriton, solo por detrás de Marcelino y Nuno. El dato es una radiografía perfecta de los vaivenes en la política deportiva de Lim, que vuelve a recurrir para sortear el descenso a un hombre que se debe al club pero prefiere no entrenar. Ojalá salga bien, como todas las veces anteriores. Pero el reto nunca había sido tan complicado. Mucha suerte.
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