El bluff del autobús

Tiene que caber todo. Y que haya respeto. A los que protestan, a los que animan y a los que hacen las dos cosas

Llegada del autobús del Valencia a Mestalla

Llegada del autobús del Valencia a Mestalla / F. Calabuig

Rafa Marín

Rafa Marín

La que se ha montado con el recibimiento al autobús es de lo más absurdo. Consecuencia, sin duda, de cómo se cuentan las cosas. O de cómo han dejado de contarse otras veces. La Policía hace su trabajo. En Delegación del Gobierno hacen lo que les dice la Policía. El valencianismo, no solo Libertad, se manifiesta. Y el club, al que no le interesan las protestas pero sí que la afición lleve en volandas al equipo, tiene que hacer lo posible para intermediar y que sea lo mejor para todos. Contra Osasuna las cosas tienen que volver a la normalidad. Es decir, que quepa todo: la libertad de expresión de los aficionados contra el máximo accionista y el apoyo sin fisuras a los de Baraja. En medio de una nueva ola de crispación social, la única solución es que haya cordura en cualquier decisión que se tome. Y respeto para los que protestan más o menos o para los que prefieran no hacerlo, que también están en su derecho. Todo salvo volver al guerracivilismo y a esas situaciones del ‘divide y vencerás’ que tan mal recuerdo traen a la memoria. 

Cantera

Dice Felipe que el objetivo a medio plazo es que el 40 por ciento de la primera plantilla la formen canteranos. Perfecto, aunque de sobra se sabe cómo es el fútbol y lo que termina ocurriendo con estas promesas tan bienintencionadas. El tiempo dirá pero lo que importa de verdad es el presente. Al director deportivo del Levante hay que valorarlo por sus decisiones de ahora. Falló y rectificó con el entrenador. No estuvo fino con los delanteros. Ha hecho un buen trabajo de campo. No ha modernizado la estructura y debería. Y está bien que no le hayan dolido prendas en blindar a Pablo Martínez y Brugui. Fichajes de la anterior dirección deportiva con rendimiento.

Presentación del impacto económico del Maratón

Presentación del impacto económico del Maratón / SD

Maratón

Los números son espectaculares. No solo los deportivos. El impacto económico del verdadero gran evento de la ciudad de València está fuera de toda duda. Por encima ya de los niveles prepandemia. Y con un futuro de crecimiento. Un camino en el que hay que insistir y que, es sin duda, marca propia. Un éxito que es también el de todos los valencianos.

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