Baraja reconquista Mestalla

La portería a cero está siendo vital en los intereses del Valencia por salir del descenso

Valencia . Partido de Liga entre el Valencia cf Y EL Osasuna .

Valencia . Partido de Liga entre el Valencia cf Y EL Osasuna . / Francisco Calabuig

Dani Meroño

Dani Meroño

Lo está consiguiendo. El idilio de Baraja con Mestalla continúa. Lo vivido en el santuario es tan mágico como que el equipo lleva dos victorias consecutivas en casa y empieza a hacer de su estadio un fortín, algo que no ocurría desde hace ya tanto tiempo que ni recuerdo. Lo hizo como jugador y lo está haciendo como entrenador. Baraja se erige como un auténtico caballero andante dispuesto a salvar a un equipo que cada vez tiene más armas para conseguirlo.

Sin lugar a dudas el Pipo ha transformado a sus milicias de manera considerable. Si bien es cierto que lo está haciendo con un estilo que poco o nada nos recuerda a su etapa de jugador; la realidad es que está siendo práctico, directo y muy eficaz. Al equipo le falta mucha pegada y, por momentos, mucha calidad en zona de creación y finalización; pero este ejército de futbolistas es voluntarioso, trabajador y constante. A esas virtudes añadiría, quizás, la más importante: la seguridad. 

La portería a cero está siendo vital en los intereses del Valencia CF en su objetivo por salir de la zona dramática de la clasificación. Contra dos buenos equipos como son la Real Sociedad y Osasuna, el Valencia CF consiguió no encajar ningún gol y dar una sensación de tranquilidad que hacía tiempo que no se vivía en el conjunto valencianista. 

Además de la vuelta de un Gayà que hizo un gran partido -con especial mención al inteligente placaje a Nacho Vidal- y el regreso de un Nico al que aún le falta rodaje, me emocionó ver que Kluivert se reencontró con la titularidad, marcando gol y, sobre todo, respondiendo a la magia del santuario valencianista. 

Porque Mestalla es un campo que te lo da todo a poco que le des. Te empuja, te arropa y te eleva a donde tú quieras llegar. Nada tiene que ver con las desafortunadas palabras de Gattuso en las que hablaba que ‘era complicado jugar en Mestalla’, pues ahora estamos viendo todo lo contrario. Baraja le está sacando partido y está consiguiendo que vuelva a ser un auténtico fortín de cara a este vital tramo de temporada. Está reconquistando un estadio y una afición que vuelve a tener esperanzas en su equipo.

Además, en Mestalla funciona el VAR. Bueno, depende de en qué jugadas. Porque lo que es una vergüenza es la diferencia de criterios con la utilización del videoarbitraje. Sigo sin entender cuándo se va a ver una jugada y cuándo no. Me podrán repetir y explicar la normal mil veces, que se ha demostrado cómo cada uno la interpreta a la manera que quiere. En Mestalla vivimos cómo Iglesias Villanueva se plantaba a ver la TV varias veces -por mí que vaya las veces que sea necesario- pero faltándole quizás la más importante: un penalti clarísimo a Lino -mucho más que el que le hicieron a Thierry-. Ah, por cierto, eso de ‘las jugadas ya juzgadas no se rearbitran’ que dice alguno por ahí es una milonga como un piano. Cuentos para justificar más atracos. 

Por suerte no tuvimos que lamentar ni la disparidad de criterios ni la falta de acierto de Hugo Duro. Lejos de darle palos, quiero darle apoyo y cariño. Tendrá más o menos calidad, pero siente los colores y pelea como el que más y, con la situación que tenemos, necesitamos ese tipo de futbolistas con agallas. Con sus virtudes y defectos, pero siempre dándolo todo.

Y Baraja es eso. Corazón, sentimiento y pasión. Amor a unos colores y respeto a una gran afición. Una grada que le está devolviendo todo lo que consiguió en su día y, de momento, está consiguiendo de nuevo como entrenador. Porque más de una década después, cual héroe militar, Rubén Baraja reconquista Mestalla.

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