La histeria añadida en el Valencia no ayuda

El Valencia estuvo muy mal en el Metropolitano. Pero malo de dar mucha cosa viendo el partido. Hora y media de pasar vergüenza

Los futbolistas del Valencia tras el partido contra el Atlético de Madrid

Los futbolistas del Valencia tras el partido contra el Atlético de Madrid / EFE

Toni Hernández

Toni Hernández

En el Valencia tenemos que dramatizar mucho menos». Lo decía Rubén Baraja sin haber ganando un partido, y tengo muy claro lo que pretendía decir el Pipo. La situación es la que es, nadie la niega porque es evidente. Y el culpable es Peter Lim, que nos ha hecho tan pequeños que a 38 jornadas no somos capaces de casi nada. Con todo eso claro, si es que había alguien que no lo tuviera claro ya a estas alturas, lo que no podemos hacer es vivir en un estado poco menos que esquizofrénico. Y ya no hablo de los guardianes de la moral que llevan desde el domingo haciendo capturas de la clasificación como si eso ayudara en algo. O de los que se rasgan las vestiduras cada vez que perdemos un partido esperando que eso tenga algún tipo de efecto positivo en el rendimiento del equipo. Que digo digo yo que deben hacerlo por eso, porque no me entra otra explicación en la cabeza aunque no tenga especialmente claro que este sea el razonamiento correcto. 

El Valencia estuvo muy mal en el Metropolitano. Pero malo de dar mucha cosa viendo el partido. Hora y media de pasar vergüenza y encima de cabrearte por otra falta de respeto más del VAR. O de quienes lo manejan, más bien, porque el invento este no comete errores, de eso se ocupan las personas. Lo que el mal uso de esta tecnología está llevando a cabo es burlarse de algunos clubes, y es obvio que el Valencia está siendo particularmente maltratado en lo que llevamos de curso. Durante el choque al equipo se le puso a parir, y con razón. Se pasó luego al ensañamiento, algo que empieza a ser habitual, y se terminó despellejando vivo y faltando al respeto a muchos jugadores. También el entrenador se llevó su ración de bofetadas, por mucha autocrítica clara que hicieran al final del duelo. Entiendo la frustración, que yo también la tengo, pero, tanto que nos gusta decir que nuestros rivales en esta lucha están más acostumbrados y lo llevan mejor, luego se nos olvida que esta guerra se lucha con unas armas determinadas y que poco tienen que ver con las de siempre. Porque no veo yo en Valladolid queriendo colgar del palo mayor a nadie después de caer en casa, o en Almería o en Cádiz después de su empate del fin de semana. Aquí vamos a un ritmo que, en el actual contexto, está totalmente pasado de vueltas. Esto no solo no aporta nada sino que además se convierte en un problema más, porque parece ser que no tenemos ya bastantes. Parece que nos gusta elevar el nivel de barro, a ver si nos pasa de la altura de los ojos. 

El parón se nos va a hacer largo, mucho. Porque, primero, vamos a estar viendo que estamos en puestos de descenso, cosa que a mí me gusta tan poco como a cualquiera. Segundo porque se van a desenterrar algunas guerras que estaban en el cajón por el tema de la situación del equipo y hasta por las Fallas. Tercero porque hay quien parece que solo tiene sentido en el entorno valencianista si hay fango, y encima este nos lo trae regalado. Y cuarto porque Meriton tiene la rara habilidad de complicarse la vida hasta extremos de los que ni soy consciente en muchos casos. 

Estar donde estamos nos tendría que haber concienciado a todos hace tiempo, pero es obvio que no ha sido así, ni mucho menos. Cada uno que haga lo que quiera, faltaría más. Yo solo diré lo que servidor hace o intenta hacer, porque no siempre es fácil. Como cada mañana después de un partido, haya como haya ido, hablé con el entrenador y, entre otras muchas cosas, le dije que qué necesitaba. Su respuesta fue clara: «la gente es nuestra mejor arma». De este infierno solo saldremos sufriendo como perros y aguantando mucho. Y el que no lo entienda, siento mucho decirlo, no está preparado para esto. 

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