Ni los árbitros ni Lim

Dos goles mal anulados, un penalti en contra que no era, uno a favor que se pasó por alto... ¡Qué cruz!

Carlos Del Cerro Grande en el momento de la expulsión a Ilaix Moriba

Carlos Del Cerro Grande en el momento de la expulsión a Ilaix Moriba / Francisco Calabuig

Rafa Marín

Rafa Marín

A pesar de Lim, el Valencia podría estar tocando la permanencia con la yema de los dedos a poco que su factura de errores arbitrales fuese más módica. Pero igual que el máximo accionista le hace poco bien, en el CTA no le van a la zaga.

La designación de Cuadra Fernández y Medié Jiménez para la final de Elx es otra piedra más en el zapato. Siendo cierto que apenas quedan candidatos sin mácula, son cuatro los fallos graves con los de Mestalla que llevan a cuestas: dos goles anulados, un penalti en contra que no era y uno a favor pasado por alto. La rajada de Solís, tarde y exagerada, apunta a que será nula pese a las ganas con la que le han sancionado quienes seguramente tuvieron noticias de su existencia por primera vez el otro día.

Habrá que confiar, porque no queda otra, en que la presión de los clubes a través de Tebas para romper el sagrado monopolio con la Federación surta más efecto. Para la confusión generada con el reglamento y la aplicación del VAR no hay remedio. Pero, al menos, que no vuelvan a cebarse con los del Pipo, que bastante tienen.

Sistema

Hablando de Baraja, se viene el enésimo cambio de sistema. Obligado por las múltiples bajas y exigido por la falta de resultados y los goles encajados. Técnicos con más experiencia que él, sin ir más lejos Bordalás, también recurrieron porque no les quedó otra a la ‘revolucionaria’ defensa de cinco. La historia se repite. Es muy difícil no sucumbir a según qué cosas en este Valencia, lo que no quita para reconocer que además de trabajo en el banquillo hacen falta más cosas, incluida suerte y veteranía. Esto último lo puede aportar en el campo precisamente Paulista, que muy mal tiene que estar para que en estas circunstancias siga sin jugar.

Juicio

Se sabía que el castigo a Amadeo y Aurelio iba a estar en el paseíllo, no en la sentencia. El fallo, en el que el juez dice que «podrá opinarse si los demandados hicieron lo que estaba en sus manos para exigir determinadas cláusulas», abre la puerta a una demanda a todos los patronos, incluidos Grau y Bailach, a los que les terminó pesando el miedo escénico.

Suscríbete para seguir leyendo