Estoy harto

Estoy harto de la violencia y del racismo en el fútbol mundial. Estoy harto de que el Real Madrid (y su entorno, cada vez más tóxico) genere cortinas de humo siempre que pierde y se quedan al descubierto todas y cada una de sus vergüenzas

Florentino Pérez y Vinicius

Florentino Pérez y Vinicius / RM

Sergio Arlandis

Sergio Arlandis

Estoy harto de la violencia y del racismo en el fútbol mundial: sin excepción del territorio, del campeonato, ni de las siglas de un club o de las inaceptables consecuencias que tiene el dejar entrar a radicales a cualquier estadio, porque lo que está en peligro es la educación general de la gente.

Estoy harto de la lacra social que implica que alguien insulte a otra persona y dé igual el insulto y la cantidad de gente que te lo profiera, porque es lo mismo que te digan “tonto” unas treinta mil personas que el hecho de que uno, subido en su narcisismo insuperable, llame, sin venir a cuento, a otra persona, igualmente “tonto”, aunque sea poniendo una sonrisita. Es un insulto igual en los dos lados: ninguno es válido ni aceptable.

Estoy harto de que el Real Madrid (y su entorno, cada vez más tóxico) genere cortinas de humo siempre que pierde y se quedan al descubierto todas y cada una de sus vergüenzas: en su idiosincrasia está el no deja disfrutar a nadie de la victoria frente a ellos y para la coartada da igual un caso de racismo como una actuación arbitral o lo que sea, que desvíe todas las miradas. En efecto ha sido claro: a pesar de la agresión, Vinicius no cumplirá sanción alguna.

Estoy harto de las acusaciones de Ancelotti, señalando el racismo en España: nada dice, en cambio, de que en su amado país los ultras dan bofetadas a los técnicos en el estadio (ocurrido este mismo año), o amenazan de vida a los futbolistas o incluso se lanzan motos al terreno de juego, o se les insulta, también de manera grave, cuando eres de otra raza, por no hablar de otros asuntos más serios y feos.

Estoy harto de que nos acordemos del mundo anglosajón cuando se nos dan lecciones de civismo a los españoles y que esto siempre venga de fuera: que si los ingleses no hacen… ¿qué? ¿decimos lo que hacen los ingleses, tan civilizados, aquí, en Magaluf, por ejemplo? ¿o cómo insultaban por redes sociales a Jadon Sancho por fallar un penalti? ¿o las que lían allá a donde van sus angelitos hooligans? Es un problema integral, mundial y global, pero qué bonito es ver el pequeño defecto en las cosas del vecino para cubrir las miserias propias. Aquí todos a callar un rato.

Estoy harto de que el relato solo cuente una parte de la historia y no toda.

Estoy harto de los mensajes de odio por redes sociales y todo lo que conlleva, porque igual ocurre ahí que en un campo de fútbol. Porque, tan horrible es proferir insultos racistas como burlarse de un fallecido valencianista por redes: da el mismo asco una acción y otra. No sé por qué no apagamos una estatua protestando por esto, con lo grave que es.

Estoy harto de los oportunismos periodísticos que estaban muy callados con el caso de Iñaki Williams, por ejemplo o con el de Diakhaby (que se le forzó volver al campo previa amenaza de sanción): hay que subirse al carro del oportunismo, o igual toca gritarle a un concejal del Ayuntamiento de Valencia o montar veinte monográficos (vacíos ya de contenido pero llenos de oportunismo mediático) que me sirvan para subir audiencias y a costa de lo que sea, aunque la dignidad e integridad de miles de personas esté puesta en duda.

Estoy harto de otra nueva opinión desafortunada de Juan Cala, sobrevolando los escombros: le recordaré que utilizar un trabajo⸺ tan bonito⸺ como el de payaso, como si fuera un insulto, es un gesto de intolerancia exactamente igual que llamar, despectivamente, a alguien de color por serlo, se ponga como se ponga. Mejor que se ocupe de lo suyo, que ya tiene bastante y le queda mucho trabajo.

Estoy harto de que algunos políticos hagan de esto su bandera, cuando solo llevan el color de su propio estandarte, que es lo único que les importa en todos los casos.

Estoy harto de que siempre monte lío el mismo jugador allá por donde va: igual te deja a un árbitro sin saludar que se pasa todo un partido menospreciando a un rival; y esto no justifica ningún insulto, pero sí transforma la historia de los hechos en algunos casos. Insisto: no justifica ningún insulto racista ni de ningún tipo. Su educación también debería reflexionarse un poco o, al menos, cómo afronta su deportividad.

Estoy harto de que el Valencia CF esté en medio de esta desoladora campaña de desprestigio que se ha levantado desde las más que evidentes mentiras y que solo han sido corregidas parcialmente y con la boca muy pequeña. Somos, de nuevo, la cabeza de turco, mientras otro club sigue acusando gravemente de amaños, manipulación arbitral, etc. y no pasa nada de nada.

Estoy harto de la hipocresía de tanta gente, sumida en anonimatos: cuando algunos (la afición madridista tendrá el respeto que aquí se nos niega) del Santiago Bernabéu gritaban insultos homófobos contra Josep Guardiola nadie dijo nada; o cuando reciben a golpe de insulto a los rivales fuera del estadio: entiendo que a Ancelotti eso no le parece grave ni considera que debe pararse el partido, la liga y el país o directamente que les den este campeonato por daños morales. Nada se hace ni se dice cuando algunos radicales del C.D. Español saltan a un campo con el fin de agredir a unos jugadores cuyo pecado era celebrar una victoria del campeonato…HI-PO-CRE-SÍ-A. Nos viene bien el discurso fácil.

Estoy harto de esta liga 2022-2023, donde solo tengo noticias malas, salvo los canteranos y su valentía.

Estoy harto de que el fútbol esté tan podrido allí por donde mire.

Estoy harto de que todo el mundo se permita darnos lecciones éticas, sobre todo de fuera, como si en Brasil, por ejemplo, no tuviesen bastantes problemas con sus cosas (y bastante tienen, pues cabe recordar que el propio Vinicius allí, en su dorada tierra, ya recibía los mismos insultos racistas hace unos años); lecciones del otro o el de moto…quizá, la misma que cayó en un estadio italiano hace unos años. Porque sí, el fútbol español tiene un problema: que Ancelotti acusa de inventar o de manipular y no pasa nada; pero Gayá dice que hay criterios distintos y le caen cuatro partidos. Que Canales aplaude a un árbitro y le caen cuatro partidos y Vinicius, ese chico bueno, inocente y excelente futbolista, lo haga y no pase nada; o que agrada y se le pida hasta perdón…y así, hasta hártame de tanta mentira, de tanta hipocresía, de tanta manipulación general y generalizada de los de siempre.

Y ahora, por favor, arreglemos de una vez este problema del racismo y la violencia en el mundo en todas y cada una de sus manifestaciones, pero de verdad, no cuando al Real Madrid le dé la gana o necesite que miremos a otro lado.

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