Barajando a Baraja

Una cosa es el Valencia que debería ser y otra el que es. Para el segundo, el Pipo sí que es una alternativa

Baraja saluda a los aficionados en Paterna

Baraja saluda a los aficionados en Paterna / JM LÓPEZ

Rafa Marín

Rafa Marín

Que el Valencia de València apueste con la permanencia por Baraja era lo previsible. Además, reforzarlo antes de un partido como el del domingo es mejor que volver a ponerlo en la picota. Pero que a nadie se le olvide que todo depende del pulgar de Lim y de si se borra otra vez de una decisión con más riesgo para el propio club y hasta el entrenador que para el acomodado Corona. En realidad, la continuidad definitiva del Pipo ni siquiera depende de que se salve. Y es que ya se sabe que quien no hace propia la causa de Meriton se expone a un riesgo mayor que un descenso. Que se lo digan a Marcelino, que ganó un título. Así que pese a su discurso entre lo impoluto y la insipidez, a estas alturas Baraja vale más por lo que sabe y calla. Es un éxito que el que fue leyenda como jugador haya conseguido no chamuscarla como técnico. Y lo es también, aunque a última hora, que el objetivo para el que se comprometió esté a punto de sacarlo. Cierto que con claroscuros, pero sacar de la UCI a la peor plantilla de la historia tiene su mérito. Porque ese ése y no otro el fondo del asunto. Con la oposición exhausta, aún no se ha interiorizado del todo que una cosa es lo que debería ser el Valencia y otra muy distinta lo que es. Si se le exige lo primero, Baraja no es el entrenador y punto. Pero si se asume lo segundo, Baraja se merece un respeto porque ha hecho competir a un equipo muerto. Lo ha conseguido, además, con chavales que no estaban en el guión y sin que le temblara el pulso. Celebrar un empate ante el Espanyol es el summum del deterioro, pero a la postre ese resultado mandó a Segunda a un rival con bastante futbolistas que aquí perfectamente serían intocables.

Atención

A diferencia de cuando llegó como parche tras la espantada de Gattuso y la negligencia con Voro, Baraja tiene ahora cosas que perder. Muchas. Se ha vuelto a meter en la rueda de entrenadores y correrá el riesgo de salirse como entró si, como parece, no hay catarsis que valga. Se debería definir antes el proyecto que el técnico, pero si eso ocurriera es porque en el Valencia por fin se hacen bien todas esas cosas.

Suscríbete para seguir leyendo