¿Sin Mundial?

España no para de dar noticias negativas y los rivales se aprovechan

La delegación malagueña, en la reunión de ayer en Madrid

La delegación malagueña, en la reunión de ayer en Madrid / L.O.

Juan de Dios Crespo

Juan de Dios Crespo

En septiembre de 2024 se va a elegir quienes serán los organizadores del Mundial de fútbol de FIFA 2030 y parece que uno de los aspirantes, España, no para de dar noticias negativas que hacen que sus contrincantes (sudamericanos) estén que saltan de alegría por nuestras miserias.

Si ya parecía un negro nubarrón el que el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, fuera suspendido por 90 días por el comité disciplinario de FIFA, y cuyo procedimiento sigue en pie a pesar de que dimitió de la federación española, ya que la sanción puede ser mayor y llevarle incluso a no poder estar más en el mundo del fútbol (aunque no creo que llegue a tanto, sino a una decisión menor), también aparecen otras acusaciones de corrupción que merman nuestras posibilidades.

Y es que el famoso caso Negreira empieza a oler cada vez peor, con las noticias que nos despachan diariamente los medios: el Barcelona (o sus dirigentes, mejor) se podría sentar en el banquillo, porque el juez instructor ya ha activado los mecanismos legales de imputación por ‘cohecho’. No vamos a dar una clase de derecho penal, pero lo que ha descubierto el juez, y los investigadores policiales, es que existían «actos ilícitos en favor del FC Barcelona».

Y no basta que el entrenador del club, Xavi Hernández, simplemente diga que saldrán noticias de Negreira cada quince días con, al parecer piensa él, la idea de desestabilizar al equipo culé. Si esto es lo que pensamos de la justicia, mal vamos y lo mejor es no comentar de lo que no se sabe o, en todo caso, decir que se cree en la inocencia hasta que se pruebe lo contrario, pero no dar pie a pábulos anti-barcelonistas.

Pero bien, a lo que iba, y no es otra cosa que lo que parecía una victoria fácil del trinomio España, Portugal y Marruecos (lo de Ucrania es ya una anécdota) se ve limitado por esos dos escándalos que, por supuesto, se están encargando de elevar a casi delitos de lesa majestad nuestros oponentes. Y bien que hacen, es obvio, ya que si se quiere ganar hay que emplear los métodos, legales eso sí, que se tengan a mano.

Y qué mejor que destapar las indecencias de los demás… Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile tenían y tienen a favor el llamado ‘Centenario’, que no es otro que celebrar el primer Mundial que se llevó a cabo en Uruguay, en 1930, y este hecho no puede desdeñarse. Sin embargo, las infraestructuras y la cercanía de los tres euroafricanos es mayor y mejor que la de los iberoamericanos. Por ello, el uso de los escándalos no es inocuo y solo desvela nuestras incongruencias. Es cierto que ello no afectaría a cómo un Mundial ha de celebrarse, pero en el ámbito social y en la mente de los 211 miembros de FIFA que han de votar, algo puede deslizarse sobre cómo nos comportamos aquí.

Afortunadamente, a pesar de todo, hace apenas unos días el presidente de la Confederación Africana de Fútbol, Patrice Motsepe, designó claramente que los 54 votos de los países africanos iban a ir a la candidatura a la que pertenece Marruecos, es decir la nuestra, a pesar de los líos que tenemos. Esa noticia nos permite estar ya a la mitad del camino, ya que hacen falta 106 votos (aunque menos casi seguro, porque siempre hay dos o tres países que están suspendidos de voto por motivos diversos). Así que nos faltan 50 más.

Esto sería factible solo con los 55 votos de UEFA y sanseacabó, pero aquí entramos en la política deportiva y lo que, desde hace unos años existe entre Conmebol (confederación sudamericana) y la propia UEFA, un acercamiento entre sus dos presidentes, Ceferin y Domínguez, con el fin de ¿menoscabar? la importancia de FIFA y de su presidente Infantino.

Así que, la pura matemática nos daría como vencedores, pero la ‘realpolitik’ que también existe en el deporte no lo ve tan claro. Vemos ahora como Europa está dividida por la decisión de UEFA de que los equipos nacionales rusos de menores de 17 años puedan competir, sin nombre, himno ni bandera, en los campeonatos continentales, así que cuanto jugará también en una elección a ser organizador de un mundial.

Siempre nos quedará Asia, si no conseguimos todos los votos de Europa, y es un caladero donde podrían salir los números que pueden faltar. En todo caso, no será una carrera fácil y menos si estamos sin presidente electo de la RFEF durante el año que queda para la designación… Y a quienes no quieren un Mundial le diré que social y económicamente es una bomba, aunque no les guste el fútbol.

En fin, que ya estamos en otoño, pero con 30 grados, esperando que lleguen frío y lluvias y dejar de lado el calor. Para este veranillo de San Miguel que tenemos, recomiendo la lectura de ‘La sombra de los planetas’, del mexicano Gabriel Rodríguez. Disfruten y cuídense.

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