Pipo nuestro que estás en los cielos

Se merece una llamadita de Lim. ¿O todavía no, Peter? Qué orgullo de entrenador y qué pena de dirigentes

Baraja contra el Granada

Baraja contra el Granada / JM López

Andrés García

Andrés García

Baraja es un gran entrenador, pero no hace magia. Ni milagros. Es lo que llevo pensando desde que se cerró el mercado de fichajes en verano. Empiezo a dudarlo. El Pipo ha conseguido lo que nadie o casi nadie esperaba. Pese a Peter Lim y pese a la falta de profundidad de la plantilla. Tres meses de competición después, el equipo está a un punto de la zona Europa. O dicho de otra forma. Es el mejor Valencia desde Marcelino.

Parece increíble, pero no lo es. Detrás hay mucho trabajo de Baraja. Y muchos aciertos. Rubén ha hecho mucho con lo poco que tiene y eso tiene un valor inmenso en este Valencia de mínimos sin margen de error. La lista de aciertos es larga. Ha prestigiado la ‘marca Valencia’, ha devuelto el embrujo a Mestalla, ha limpiado el vestuario, ha inculcado valores a la plantilla, ha construido un equipo comprometido con una identidad propia, ha revalorizado a sus jugadores, ha cerrado la portería y, lo más importante, gana partidos. Los que antes se empataban ahora se ganan. Y los que antes se perdían ahora algunos se empatan.

El Valencia es un equipo fiable. Aún así, el Pipo no se fía. Y hace bien. «No nos ponemos límites, pero el objetivo siempre es el siguiente partido. Entiendo que la gente lo disfrute pero nosotros tenemos que tener la cabeza fría y estar tranquilos», dijo. Que no entre la euforia al vestuario también es su responsabilidad. ¡Otro acierto más! Y ya van muchos. Se merece una llamadita de Lim. ¿O todavía no, Peter? Qué orgullo de entrenador y qué pena de dirigentes.

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