El primer fichaje del Príncipe

Pero antes de anticipar acontecimientos son demasiadas las incógnitas por resolver sobre lo que está cociéndose

El primer fichaje del Príncipe

El primer fichaje del Príncipe

Rafa Marín

Rafa Marín

No saltó la sorpresa en el Derbi del sorpasso, del que todos salieron prácticamente igual que entraron: el Valencia hecho trizas y el Levante, que ganó sin necesidad de apretar el acelerador, con el temor a que la temporada no se le quede larga. Ya nadie se lleva las manos a la cabeza porque a Javi Gracia no haya quien lo entienda, incluidos sus jugadores y quién sabe si ni siquiera él mismo, como si a la hora de la verdad no acertase a leer lo que les escribe en la pizarra. Tampoco son noticia las habituales cantadas de Diakhaby, que Kang In sea por decreto el primer cambio o que el equipo pase de puntillas por los partidos, sin vergüenza torera a disparar solo una vez o ninguna. Es tanta la sensación de hastío y resignación que hasta se acepta como pulpo que la subsede del club pueda trasladarse a Johor. Hasta se da por hecho, y eso que con los antecedentes hay para echarse a temblar, que no será posible hacerlo peor que el señor Lim. Parece, desde luego, realmente complicado. Pero antes de anticipar acontecimientos son demasiadas las incógnitas por resolver sobre lo que está cociéndose entre dos millonarios con intereses, acciones e inversiones en común.

El Príncipe, que ha usado su fortuna como carta de presentación, es por ejemplo el propietario de una parcela de 210.875 metros cuadrados en el antiguo parque Tyersall, junto a los jardines botánicos, un espacio en el centro de la superpoblada Singapur que está valorado en 3,5 billones de dólares en el caso de que pudiese venderle varios trozos al estado, como sus antepasados, o destinarlo a uso comercial. Sería interesante leer en su twitter o instagram qué piensa del nueviejo Mestalla, pero no. De momento lo único que se le conoce es haber puesto en marcha un club oficioso en el que con Martín Prest se busca director deportivo y hasta se habla de que el primer fichaje fuerte cuando tomen el mando, si lo hacen, será el de un central.

Es muy triste que el futuro del Valencia se esté decidiendo a miles de kilómetros y que dependa de la discreción de un máximo accionista que se equivoca hasta la médula cada vez que tiene que decidir algo. A nivel social e institucional poco o nada tiene que aportar TMJ, que a estas alturas sabrá perfectamente que a plazo corto lo único que puede ofrecer es una válvula económica que revierta en la parcela inmobiliaria y deportiva. Para conseguirlo no es fundamental el dinero, del todo insuficiente si no tiene quién le asesore bien sobre cómo y dónde debe ponerlo, al estilo del caprichoso jeque del Almería. Más que en sus manos, el futuro va a estar en las personas que le hagan el primer filtro ahora que hay cola y codazos por esperar su lluvia de billetes, el cuento de siempre, como el del primer señor Lim.